Este domingo 9 de febrero de 2025, el Caesars Superdome de Nueva Orleans se convirtió en el escenario del Super Bowl LIX, donde los Kansas City Chiefs se enfrentaron a los Philadelphia Eagles. Sin embargo, este evento deportivo fue recordado no solo por el emocionante partido, sino también por ser la primera vez en la historia que un presidente de Estados Unidos en funciones asiste a un Super Bowl.
Un momento histórico y un recibimiento mixto
Donald Trump, el 45° y 47° presidente de los Estados Unidos, llegó al estadio en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, marcando una ocasión sin precedentes. El presidente había pasado la mañana jugando golf con Tiger Woods en Florida antes de aterrizar en Nueva Orleans y ser trasladado en una caravana presidencial hacia el estadio.
Antes del inicio del partido, Trump compartió su pronóstico en una entrevista para Fox News, expresando su apoyo a los Chiefs y elogiando al quarterback Patrick Mahomes por su habilidad para ganar partidos. "Realmente sabe cómo ganar. Es un gran, gran quarterback", comentó Trump, mostrando su aprecio por el talento del jugador.
Además, el presidente tuvo un momento de reconocimiento en el campo al reunirse con socorristas y familias afectadas por un trágico atentado ocurrido en Nueva Orleans, donde 14 personas perdieron la vida en un atropello masivo durante las celebraciones de Año Nuevo. Este gesto contrastó con la relación tensa que Trump ha mantenido con la NFL, especialmente durante su primer mandato, cuando criticó a la Liga por sus políticas progresistas y las protestas durante el himno nacional.
Justo antes del inicio del partido, mientras Jon Batiste interpretaba el himno nacional de Estados Unidos, la imagen de Trump apareció en las pantallas del estadio. Esta aparición provocó un gran estruendo entre los asistentes, aunque no quedó claro si se trataba de ovaciones o abucheos, debido al ruido general.