Randy Arozarena se ha convertido en un jugador muy importante para el beisbol de las Grandes Ligas y para los Rays de Tampa Bay, equipo que ha disfrutado ampliamente de sus grandes habilidades.
NOTAS RELACIONADAS
En la actualidad, todos conocen el Arozarena que ha maravillado al mundo del beisbol, pero muy pocos saben la verdad que hay en todo este camino y todo lo que tuvo que pasar para llegar a México, país que lo desarrolló como uno de los mejores.
"Nos fuimos al monte escondiéndonos de la policía y nos subimos a la lancha. Me fui a las tres de la mañana y, poco a poco, las condiciones se fueron poniendo peores. A pesar de eso, me quedé dormido mucho tiempo, mi brazo tocaba literalmente el agua y había olas como de cinco metros", comentó el pelotero a Milenio.com.
En pocas palabras, el jardinero de Rays de Tampa Bay relató cada uno de estos momentos que sin duda alguna marcaron un antes y un después para su vida y para su carrera.
"La parte delantera del bote se rompió y sentías que cualquier ola te podía sacar del bote. Se pasaba feo. Nueve horas después, a las 12 del día, llegué a isla Mujeres y ahí comenzó mi nueva historia en México", mencionó el pelotero.
Como ha sucedido a lo largo de los años, los cubanos deciden abandonar su país con el fin de cumplir su sueño. En esta oportunidad, Arozarena fue uno de ellos y más cuando su padre falleció, motivo suficiente para buscar un mejor futura para él y su familia.
"Sentí que me iba a jugar mi vida por mi familia. Siempre uno puede exponer la vida, pero ese es mi primer momento de estar consciente de que realmente me la estaba jugando. Y fue entonces que me escapé de Cuba", finalizó Arozarena.
De esta manera, Randy se convirtió en uno de los mejores jugadores de la actualidad y un pelotero referente para todos los cubanos e incluso, para los mexicanos.