El pasado 20 junio se cumplieron 21 años del estreno en Grandes Ligas de Miguel Cabrera, fecha sacrosanta no solo para el beisbol de Venezuela, sino para la pelota en general, después de todo se trató de uno de los mejores jugadores de su generación además de una opción segura dentro de cuatro años, para el Salón de la Fama.
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Hay momentos en la vida que jamás olvidaremos, o en todo caso, en nuestra memoria quedará qué hacíamos, dónde estábamos, o con quién en determinada situaciones; en el caso de un pelotero, el ascenso a las Mayores con seguridad es una de ellas y el Señor Miggy recuerda muy bien las circunstancias específicas cuando llegó la notificación para él.
Así lo precisó durante el podcast Tigers VIP, subido a la cuenta YouTube Detroit Tigers:
“Llamé a mis padres después del juego (En Ligas Menores), estaba en Carolina del Norte, estábamos en la ruta, agarro dos turnos, fallo y me sacan del juego, pensé ´me metí en problemas´, sabía que no me podían bajar porque estaba bateando .370 o .380 en esa Liga (risas), ´por qué me sacaron, será que no corrí duro a primera, esto no puede pasar´”, rememoró.
“En ese momento estaban uno de los supervisores de los Marlins y otro encargado de subir a la gente a Grandes Ligas; ellos fueron a scoutearnos a nosotros, pensé ´no lucí bien, quiero jugar Grandes Ligas y no lucí bien delante este scout´; estaba sentado en el clubhouse, triste, cuando el mánager me dice ´mañana vas a estar abriendo en Miami y vas a jugar leftfield´.
Ese fue el punto de partida de un periplo de éxitos que le consagró como el mejor toletero venezolano visto en el Big Show, y que nos perdonen Víctor Davalillo, Andrés Galarraga, Bob Abreu, Magglio Ordóñez, José Altuve y Luis Arráez, pero los números son los números.
Con los Marlins en ese mismo primer año ganó la Serie Mundial, en su momento pensó era algo “se podía hacer todos los años” pero reconoció es “demasiado difícil”; en Detroit no se llevan el Clásico de Otoño desde 1984, con Miguel como parte de su esquema asistieron una sola vez
“Creo es uno de los grandes fracasos como equipo, como jugador profesional, nos quedamos cortos varios años, teníamos el equipo para ganar pero nunca pudimos terminar; para nosotros eso era doloroso, pienso ahí fue donde entendí que uno pierde más de lo que gana en la pelota”.
“Fueron muchos años de fracasos, 5 veces fui a los playoffs y jugué 21 temporadas. Eso es algo que siempre le inculco a Christopher (su hijo), a las personas a las que les hablo, en este deporte vas a perder más de lo que ganas, tienes que ser mentalmente fuerte, siempre tener esa mentalidad de salir adelante”.