En una noche donde la esperanza parecía desvanecerse, Marcell Ozuna se erigió como el héroe inesperado, liderando a los Bravos de Atlanta a una victoria de remontada por 9-8 sobre los D-backs. Su actuación estelar en el Truist Park el sábado por la noche no solo emocionó a los aficionados, sino que también marcó un hito en la historia del equipo.
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Con el marcador en contra 6-0, la determinación de los Bravos nunca flaqueó. "A pesar de estar abajo, nunca sentí pánico", confesó Jarred Kelenic, jardinero izquierdo para MLB.com. "Estaba bastante seguro. Sabíamos que si seguíamos haciendo lo que hemos estado haciendo desde que llegamos aquí, el resto se resolvería por sí mismo".
Este espíritu inquebrantable se demostró cuando Ozuna conectó un jonrón de tres carreras en la quinta entrada, acercando a Atlanta a solo tres carreras de diferencia en la pizarra.
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El equipo, que ya había ganado los dos primeros juegos de su serie contra Arizona, enfrentó la adversidad de nueve carreras en la primera entrada en las dos noches anteriores. La noticia de que Spencer Strider podría necesitar una cirugía Tommy John añadió más tensión, pero Max Fried permitió que Arizona tomara la delantera con un primer inning de seis carreras.
Este déficit solo se había superado tres veces en la historia de la franquicia, pero fue superado por una ofensiva que podría ser incluso mejor que la del año pasado, cuando se convirtió en el primer equipo en la historia de las Grandes Ligas en registrar un slugging de .500.
"Todos saben lo que podemos hacer en el beisbol", afirmó Ozuna. "Siempre estamos juntos. Confiamos el uno en el otro y nos divertimos. Así que no hay duda de que podemos cumplir la misión en el campo".
Marcell Ozuna destacó su noche con tres hits, incluyendo el jonrón de la quinta entrada. Kelenic brilló con un doblete para abrir la octava entrada decisiva. Ronald Acuña Jr. empató el juego con un sencillo que llevó a Kelenic al plato y luego anotó con el sencillo ganador de Austin Riley que se coló por el lado izquierdo del infield.