Justo en este momento, Eugenio Suárez es el gran caballo en la ofensiva de los D-backs de Arizona; entre julio y agosto presenta números grandiosos que contrastan demasiado con las muchas dificultades que presentó durante el período marzo-junio de la actual temporada de Grandes Ligas.
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Para lograr esa transformación el “Bolibomba” convergió dos específicos aplicativos, en su swing y en la disciplina en el plato con resultados que engrosaron sobremanera la mayoría de sus estadísticas.
En la primera parte fue “atacado” con un 51.2% de los envíos en la zona de strike, y respondió con un 66% de swings, haciendo contacto en el 83.6% de las veces; para el segundo segmento ese “ataque” subió al 54.6% pero él solo aumentó su agresividad en al 66.1% elevando el contacto al 86.8%.
Por otra parte, las fallas en su swing ocasionaron que entre marzo-junio un promedio de velocidad de salida (EV MPH por sus silgas en inglés) de 88.6, con porcentaje de contacto en 79.6, conexiones duras (Hard hit, las que superan las 95mph) del 36.2%, así como slugging de .422 mientras que durante julio-agosto esa velocidad la subió hasta 91.3, el contacto al 82.8%, el Hard hit a 54.3% y el slugging hasta .809.
De acuerdo a la explicación de Domingo Tavárez Sánchez, quien ha laborado como Coach de Control de Calidad, el swing que el de Venezuela aplicó en el primer lapso estaba diseñado para “alcanzar las bolas rápidas altas”, algo que no funcionó porque entre otras cosas porque la ejecución “era poco competente y no podía lograr contactar con solidez la pelota”. Por eso volvió a su viejo swing.
Con el viejo ante las rectas a partir de 93 mph en la parte alta de la zona, la velocidad promedio de salida de su bate era de 70.6, mientras que con el viejo 72.6; las diferencias también fueron notorias en el porcentaje general de contacto, que pasó de 75.4% a 85.3%, el EV general de 86.1 a 92.2, el Hard hit de 23.5% a 55.6%, el slugging de .143 a .700.
El diferencial también se observó con los números ante rectas, envíos quebrados y los que están fuera de la zona.
Eugenio Suárez, más detalles de importancia
Con el swing nuevo que aplicó, el antesalista se metía mucho por debajo de la bola, lo que ocasionó una desviación de 27.8° del ángulo de salida de sus batazos (Launch Angle, LA por sus siglas en inglés). Como consecuencia de ese número de grados, el 13% de sus batazos fueron elevados en el cuadro cuando la cifra media de las Mayores era del 10%. Del mismo modo, el 32% en la totalidad de sus elevados resultaron en infield fly.
Todo eso se cuantifica por medio de la estadística Promedio de Poder Aislado (ISO) donde entre marzo-junio estuvo en .342, pero en julio-agosto pasó a .740. Otros de los resultados por esa variación del ángulo, es que el porcentaje de elevados dentro del cuadro varió de ese 32% a 17%.
Fuente: Domingo Tavárez Sánchez | @domingotavarez_