Para cualquiera que apreciase las Grandes Ligas desde la segunda mitad de los años 80 hasta mediados de los 2000, comprende con claridad la importancia de Greg Maddux como lanzador, donde se estableció como uno de los mejores de su generación y de todos los tiempos; hablamos de un hombre que ganó 355 partidos, acumuló más de 5000 innings, 4 Premios Cy Young,4 títulos de efectividad, 8 Juegos de Estrellas, 18 Guantes de Oro.
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Para el “Profesor” su cualidad principal era un sublime, ridículo control de todo su comando de envíos de y de la zona de strike, esto se evidenció en los boletos que incurrió, 999, para un promedio de 1.8 por cada 9 entradas; aunque no fue un ponchador nato, totalizó 3371, y el dato que abordaremos igualmente no deja de sorprender porque refleja paralelamente la grandeza de otro de los más relevantes de siempre como bateador, Tony Gwynn.
El sempiterno zurdo de los Padres de San Diego en su ámbito dejó legado como uno de los toleteros con más grandiosa capacidad de contacto; era tal esa cualidad que concluyó su periplo de 20 años con apenas 434 ponches en 9288 turnos legales y 102232 ponches. Su porcentaje de chocolates engullidos es una total contradicción a la tendencia estadística, 4.2%; para que tengan mejor idea:
Ted Williams, estimado por muchos como el mejor bateador de la mano equivocada, dejó 7.2%, por lo que Anthony Keith fue un 58.3% superior. Este es otro punto de referencia a tener en cuenta.
Visto esto, encontramos que Tony Gwynn y Greg Maddux se enfrentaron en 103 apariciones al plato, de ellas 91 veces fueron válidas pero en ninguna oportunidad el serpentinero jamás logró ponchar a su oponente, que de paso, le ligó 39 indiscutibles para .429 de promedio; además de un porcentaje de embasado en .485, slugging de .538 y OPS en 1.024.
El de los religiosos nunca fue un bateador de poder, al escopetero de Cachorros y Bravos nunca se la botó, pero solo en 2 de 15 temporadas se quedó sin imparable alguno vs el monticulista que también está en Cooperstown.
Así que si consigue videos con algunos de estos turnos completos, ¡véalos, analícelos, disfrútelos!, se trata de una de las mejores narrativas en la disciplina de los bates, guantes y pelotas.