Samuel Aldrey/@SamuelAldrey
A Carlos Alcaraz se le ve como en trance, con una mirada de alguien hipnotizado. Su cuerpo va con la inercia del destino como si todo estuviera guionizado y el director fuesen los hermanos Wachowsky, es el elegido.
Solo tiene 18 años, pero Carlos continúa descontando episodios de una serie que da un lugar reservado para la historia a los talentos que no desvían su mirada y el horizonte les depara la gloria.
Su triunfo en Milán, donde dominó de principio a fin el torneo, no sorprende al aficionado, pero tampoco le afecta al murciano en su forma de ver el tenis y el deporte. Se impuso al estadounidense Sebastian Korda en la final (4-3(5), 4-2 y 4-2, en 1h 23m), pero la victoria la recibió con temple en un escena más de su guion.
Carlos Alcaraz prosigue su escalada en el ranking con el premio de los jóvenes maestros alzado al cielo. Añade otra victoria en una temporada en la que ha superado las expectativas e incluso una marca de Rafael Nadal y se consolida como un joven maestro.
Uno de los valedores de esta observación es Toni Nadal, tío de Rafael y ex entrenador del balear, que expresa el gran potencial que guarda el tenis de Carlos Alcaraz: "Creo que hay puntos en común entre ambos (Nadal) a su edad. Los dos trabajan muy enfocados en la gloria que pueden alcanzar. Hay algunas cosas superiores de Carlos respecto a Rafa cuando tenía 18 años, y otras en las que Rafa era mejor de lo que es Alcaraz ahora. En todo caso, veo más hecho como jugador a Carlos de lo que lo estaba Rafael a su edad", sentenció el afamado entrenador y tío del gran campeón balear. "Creo que va estar en el grupo de tenistas que ganen Grand Slams", sentencia.
Una mirada de perro.
La palabra que queda en la mente es "enfocados en la gloria". Esta frase recuerda un evento que se vive a diario en las casas de aquellas personas que hacen vida con mascotas, especialmente los perros. Colóquele a su mascota un objeto que no le interese enfrente y verá como queda inmóvil. Algunos hasta ni le prestan a atención al timbre de la casa y se quedan adormecidos en los sofás, explayados.
Sin embargo, cuando alguien agarra una pelota de tenis amarilla y resplandeciente, el perro enloquece. Se levanta como un resorte del sofá, mueve la cola dando latigazos. Quiere esa pelota como nada en el mundo, muere por llevarse ese pedazo de goma a la boca. La puedes mover de un lado a otro y su mirada quedará enfocada en ella, nunca deja de mirarla. No puede dejar de mirarla.
Eso mismo ocurre al ver a Carlos Alcaraz en la cancha. El aficionado al tenis descubre que el español es un perro. Esa es la teoría. En la cancha se le ve como en un trance , hipnotizado solamente desea devolver aquella pelota. No le importa el contexto ni el resultado ni el público ni el rival.
Solo hay que mirarle bien los ojos para comprender su grandeza: los pone estrábicos, como si le costara leer a la distancia la señalización de la autopista; su iris enfoca esa esfera amarilla y no lo pierde de vista ni aunque la dispare un cañón como Sebastian Korda, de 1.96 metros de altura, a más de 200 Km/h. Él no la pierde de vista.
Tiene esa mirada enferma taciturna de aquellos destinados a hacer cosas importantes, su mente enfocada solo en la pelota y el juego: en los instantes críticos, encuentra las mejores soluciones. No falla. Interpreta todo. Juega con inteligencia, se adapta con golpes liftados, con top spin, profundos, cortos, angulados, cambia el ritmo. En fin, hace todo. Y, cuando la mirada enfoca bien la pelota y ya como un perro babea por el punto, ataca.
Siempre la vista puesta en la pelota /Matteo Bazzi EFE
Ante Korda completa un magnífico trazado de siete días en el que solo ha perdido un set, el que le escondió la pelota de su mirada perruna fue Juan Manuel Cerúndulo. El resto de los compromisos, incluida la final ante el norteamericano, los resolvió con temple y hambre de gloria (Rune, Nakashima, Báez) para reafirmar en la próxima generación él es el hombre a seguir.
Carlos un mejor récord que Nadal.
Ahora mismo ocupa el puesto 32º de la ATP – su triunfo en Milan no se registra para la ATP ni da puntos –, esta temporada ha registrado 32 victorias y 17 derrotas y se convierte en el tenista más joven que gana más de 30 partidos desde 1992 cuando el ruso Andrei Medvedev lo hiciera con un balance de 32-11, según registra la ATP.
Rafael Nadal a los 18 años firmó su temporada con 30 triunfos y 10 derrotas, Alcaraz eso no le importa. Pues, él solo tiene la mirada puesta en la pelota, es un perro del tenis. El deporte en busca de relevos a los maestros de la raqueta como Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic o Andy Murray encuentra en el joven español de 18 años una mirada de perro, una mirada enfocada que ilumina el futuro del tenis.