Parte de la esencia de la evolución de las cosas está en facilitar el trabajo a las personas. Son muchos los casos que ejemplifican esta aseveración, pero hoy hablaremos de una particular: las impresoras 3D. Eso sí, quizá no sepas que no son tan nuevas como parece. La fue lanzada en 1987 por Chuck Hull.
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Las mismas llegaron para revolucionar la forma en la que plasmamos algunos diseños. Recordar lo trabajoso décadas atrás que resultaba crear una maqueta obligan un agradecimiento a su invención. O, incluso, esos tiempos en los era necesario recurrir a una empresa externa de fabricación de maquetas.
¿Qué se busca con una impresora 3D?
Como mencionamos inicialmente, la idea final es la creación del objeto. Sin embargo, la forma en la que se hace posible es lo que permite valorar que existan las impresoras. El cuerpo se va formando a través de capas y de forma precisa. Eso gracias a un plástico que se derrite y en un estado semi-líquido, mucho más moldeable.
Aunque también puede utilizar metales o polvos. Eso, en lugar de escoger tinta, que por su disposición jamás lograría un gran volumen. De tu parte, lo único a realizar es la invención digital de lo que quieres. El resto lo hará la máquina.
¿Por qué son importantes para el futuro?
- Son bastante flexibles.
- Tienen más resolución, un acabado más fino y exacto a la idea.
- La rapidez en su creación.
- Puede ser más económico en la línea de producción.
De esta manera, una impresión 3D es de las mejores noticias para editores, por las facilidades que entregan. Con una forma alterna de producir piezas en comparación con las tecnologías tradicionales. Así que, ahora lo decidiste y deseas adquirir una impresora 3D ya sabes lo más básico que ofrecen para ti.