Iván Holguín López / @ivan_baloncesto
La misión de un base, piloto o puesto 1 (como deseen llamarlo), en un equipo de baloncesto es guiar a sus compañeros, ordenarlos y ser pieza clave en cada ataque. Esto es algo que a lo largo de los años de su participación en la selección nacional y diversos clubes ha sabido ejemplificar Heissler Guillent, pero hay alguien que guió al guía de la selección, su madre Mireya de Guillent.
Lea también: Día de la madre: "Todos querían ganar al jugar juegos de mesa", mamá de los hermanos Mestre
La mamá del “sastre” fue quien acompañó a su hijo en los primeros compases de su carrera, cuando aún era un niño, pero que jamás perdió la fe en que su primogénito lograría alcanzar todo lo que se propusiera.
Hoy en el día de las madres, quisimos rendir homenaje a esas mujeres que han llevado el deporte como parte fundamental de su vida o de la de sus hijos, y por eso desde la MARCA MERIDIANO realizamos una entrevista EXCLUSIVA con la Sra. Mireya de Guillent para que nos comentará cómo fue su vida como madre de deportista y que nos cuente que se siente ver a su hijo triunfar.
P- ¿Qué es ser madre?
R- Es difícil poder explicarlo con palabras, pero yo diría que es el regalo y la labor más importante que le puede llegar a una mujer en su vida. Yo adoro ser madre y adoro mucho a todos mis hijos. Nadie ha dicho que es una tarea sencilla, pero si es muy gratificante.
P- ¿Cómo fue acompañar a Heissler en sus primeras prácticas?
R- Acompañarlo era un reto, él desde siempre amó el baloncesto, por lo que desde pequeño nosotros lo seguíamos a donde fuera, bien sea en Caracas o Miranda, ahí estábamos para él. Si le tuviese que decir algo a las madres que hoy tienen a sus hijos pequeños es que nunca dejen de apoyarlos.
El apoyo para un niño es fundamental, que ellos sepan que tú también te interesas en sus gustos es clave para que se sientan motivados. Así que ¡Apóyenlos!
P- Una anécdota que desees compartir de tu hijo mayor
R- Tengo demasiadas, pero hay una que explica su amor por el baloncesto de la mejor manera posible. Una vez cuando lo llevamos a una cancha de basket, porque su papá tenía práctica allí. Heissler estaba sentado a un lado de la cancha jugando con un balón entre las piernas. De repente baje y subí la mirada y no lo vi, pero cuando me puse a buscarlo observe como estaba dando (literalmente) sus primeros pasos buscando el balón que se le había escapado.
P- ¿Qué se siente ver ahora triunfar a tu hijo?
R- Orgullo, verlo triunfar dentro de la cancha, que fue lo que siempre quiso es un inmenso orgullo para mí como madre. Pero me hace mucho más feliz verlo triunfar como persona, ver en lo buen ciudadano que se convirtió y en el gran padre que es. Eso para mí no tiene comparación.
P- ¿Heissler era tremendo de pequeño?
R- Para nada, siempre fue un niño muy responsable. Creo que es algo que ha mantenido toda su vida, porque hoy en día lo sigue siendo y eso siempre le ha dado resultados.