La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) anunció este jueves la suspensión del veterano pateador Justin Tucker por las primeras diez semanas de la temporada regular 2025, por violar su política de conducta personal. Este castigo, vigente desde el 26 de agosto hasta el 11 de noviembre, es comparable al aplicado en 2022 al mariscal Deshaun Watson.
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Tucker, de 35 años, es libre de fichar por cualquier franquicia antes del inicio del campamento de entrenamiento y los partidos de pretemporada, pero no podrá disputar encuentros oficiales hasta la semana 11, cuando terminará su sanción.
Acusaciones de conducta sexual inapropiada
Según la investigación y reportes periodísticos, 16 masajistas de ocho spas y centros de bienestar del área de Baltimore denunciaron que Tucker incurrió en conductas sexuales inapropiadas durante los años 2012 y 2016.
Las alegaciones incluyen exposiciones indecentes intencionadas, contactos físicos inapropiados y residuos espermáticos en la camilla tras las sesiones. De las 16 acusaciones iniciales, seis surgieron en enero de 2025 y diez más se dieron a conocer poco después.
Tucker ha rechazado rotundamente todas las acusaciones. Las calificó como absolutamente falsas y acusó a los medios de publicar “basura sensacionalista desesperada”. En una declaración, se disculpó “a cualquiera que se haya sentido incómodo” y negó haber actuado con malas intenciones. Su agente, Rob Roche, explicó que Tucker aceptó la suspensión para resolver el asunto y volver al campo lo antes posible. Añadió que quienes lo conocen comprenden su carácter como padre, esposo y amigo.
Por su parte, varios abogados de las masajistas criticaron la decisión de la NFL como un alivio mínimo. Una de las representantes legales afirmó que “hubiera sido sencillo para el Sr. Tucker pedir disculpas y reconocer errores muchos meses atrás, pero en lugar de eso insistió en atacar falsamente la credibilidad de las víctimas”. Una de las mujeres afectadas fue más directa al señalar que “él recibió 10 semanas, y nosotras tenemos que vivir con esto el resto de nuestras vidas”.
La suspensión de Justin Tucker representa un duro golpe para la NFL y una clara señal de que la liga mantiene una política de cero tolerancia ante conductas inapropiadas, sin importar el historial deportivo del jugador involucrado.