La llegada de Saquon Barkley a los Philadelphia Eagles ha sido un punto de inflexión en la ofensiva del equipo, impulsándolos hacia el Super Bowl con una fuerza arrolladora. El corredor, proveniente de los New York Giants, no solo ha revitalizado el juego terrestre de los Eagles, sino que también ha estado a punto de romper récords históricos en la NFL.
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Temporada regular excepcional
Desde su incorporación, Barkley acumuló 2,005 yardas por tierra en la temporada regular, convirtiéndose en el noveno jugador en la historia de la NFL en superar las 2,000 yardas en una sola campaña. Este logro lo dejó a solo 100 yardas de igualar el récord histórico de 2,105 yardas establecido por Eric Dickerson en 1984.
Su impacto fue inmediato y contundente. En la Semana 7, enfrentando a su antiguo equipo, los Giants, Barkley corrió para 176 yardas y un touchdown, promediando 10.4 yardas por acarreo, su cifra más alta de la temporada. Este tipo de actuaciones no solo demuestran su talento individual, sino también su capacidad para elevar el nivel de la ofensiva de los Eagles.
Desempeño sobresaliente en los playoffs
En la postemporada, Barkley ha mantenido su nivel de élite. En el partido divisional contra Los Angeles Rams, registró 205 yardas por tierra, incluyendo carreras de touchdown de 62 y 78 yardas, estableciendo un nuevo récord de franquicia para los Eagles en juegos de playoffs. Esta actuación lo colocó en el quinto lugar histórico de la NFL en yardas por tierra en un solo juego de postemporada.
A lo largo de los playoffs, Barkley ha acumulado 442 yardas y cinco touchdowns en tres partidos, promediando más de 147 yardas por juego. Estas cifras no solo consolidan su estatus como uno de los mejores corredores de la liga, sino que también lo colocan a menos de 40 yardas de romper el récord de yardas por tierra en una temporada combinada (temporada regular y playoffs).
La contribución de Barkley ha sido fundamental para que los Eagles lleguen al Super Bowl. Su capacidad para romper líneas defensivas y generar jugadas explosivas ha añadido una dimensión letal a la ofensiva del equipo. Con su mirada puesta en el campeonato y en la posibilidad de hacer historia, Barkley se prepara para enfrentar el desafío final, sabiendo que una actuación destacada no solo podría asegurar el título para Philadelphia, sino también inscribir su nombre en los libros de récords de la NFL.