Los Dallas Cowboys han encendido las alarmas luego de que se confirmaran las lesiones de dos de sus jugadores defensivos más importantes: DeMarcus Lawrence y Micah Parsons. Ambos salieron del campo durante la victoria 20-15 sobre los New York Giants en el partido que inauguró la semana 4 de la NFL, y las noticias no son alentadoras para el equipo.
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DeMarcus Lawrence, el veterano ala defensiva de 32 años, sufrió una lesión en el pie tras una jugada en la primera serie del tercer cuarto. Una resonancia magnética confirmó que el daño lo mantendrá fuera al menos un par de semanas.
Para agravar la situación, el especialista evaluará su pie para determinar si el tratamiento será más extenso. Lawrence es uno de los pilares de la defensiva de los Cowboys, liderando al equipo con tres capturas y cinco golpes al mariscal de campo en la presente temporada. Además, ha provocado un balón suelto, lo que lo convierte en una pieza clave en la presión a los 'quarterbacks' rivales.
Por su parte, Micah Parsons, uno de los defensores más versátiles y jóvenes de la liga, también salió lastimado tras sufrir un esguince de tobillo. A sus 25 años, Parsons ha demostrado ser un jugador esencial para la defensiva de Dallas, y aunque en esta campaña solo ha conseguido una captura, fue el líder en este apartado durante la temporada pasada, con 14 capturas, además de forzar dos balones sueltos y recuperar uno.
El tiempo de recuperación de Parsons aún no se ha determinado, pero se estima que estará fuera por al menos dos semanas, lo que agrava aún más el panorama para los Cowboys.
Punto de inflexión para la temporada
Estas bajas no podrían llegar en un momento más crítico para los Cowboys, que presentan una marca de dos victorias y dos derrotas. La defensiva ha sido un punto débil hasta la fecha, especialmente contra el ataque terrestre.
A pesar de la victoria ante los Giants, en la que lograron contener su ofensiva por tierra a solo 26 yardas, las estadísticas generales no son positivas. Hasta la semana 4, los Cowboys han permitido un total de 583 yardas terrestres, lo que equivale a un promedio de 145 por partido, siendo la peor defensiva contra el ataque terrestre en lo que va de la temporada.
Las ausencias de Lawrence y Parsons pondrán a prueba la capacidad del equipo para reorganizar su defensiva. La presión que ambos jugadores ejercen sobre los mariscales de campo rivales es crucial para el sistema defensivo de Dallas, y reemplazar a dos piezas de tal importancia no será fácil. El cuerpo técnico tendrá que buscar soluciones rápidas, ya sea a través de rotaciones internas o incluso en el mercado de agentes libres, para suplir las bajas y evitar que esta situación marque un punto de inflexión negativo en la temporada.