McLaren celebró un fin de semana inmejorable en el Gran Premio de China, culminando con un espectacular 1-2 que reafirma su posición dominante en el Campeonato Mundial de Fórmula 1. Sin embargo, tras la eficacia se escondía un gran susto, especialmente para Lando Norris.
NOTAS RELACIONADAS
El piloto británico vivió un calvario en las últimas vueltas de la carrera debido a un fallo inesperado en el sistema de frenos de su monoplaza. George Russell, al volante de su Mercedes, se acercó peligrosamente, quedando a escasos segundos de arrebatarle la segunda plaza en un final de infarto para Norris y para toda la escudería de Woking.
Andrea Stella, jefe de McLaren, reveló la causa del problema que puso en jaque el podio de Norris: "Entendemos cuál es el problema, que no puedo revelar por razones de propiedad intelectual. Pero fundamentalmente, tenía que ver con una fuga en uno de los componentes, no en la línea de freno, sino en otro lugar, y la acción principal requerida era limitar la presión máxima de frenado".
El directivo británico detalló el impacto del fallo en la conducción de Norris: "Se podía frenar, pero con mucha suavidad. Así que lo que eran 100 metros de frenado se convirtió en 200, y hacia el final, en 300, porque Lando necesitaba levantar el acelerador, avanzar por inercia hasta cierta velocidad y luego aplicar una presión de frenado muy suave". Estas declaraciones fueron ofrecidas al medio 'RacingNews365'.
Pese a la "pesadilla", como el propio Lando Norris describió la situación, el británico demostró una gran templanza y habilidad para gestionar el problema. Finalmente, logró cruzar la línea de meta en segunda posición, asegurando un resultado crucial para McLaren y manteniendo su liderato en el campeonato de pilotos.
Este incidente, aunque con final feliz para McLaren, subraya la exigencia y la fragilidad de la Fórmula 1, donde incluso un pequeño fallo técnico puede tener consecuencias fatales. La escudería 'papaya' celebró un doblete histórico, pero también tomó nota de los problemas surgidos para seguir afinando su maquinaria en la lucha por el título mundial.