Secretariat ganó hace 50 años el Preakness Stakes, y casi todo fue alegría excepto por algo bien importante y que por supuesto quedaría para la eternidad: el tiempo de la carrera.
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Al momento de que el hijo de Bold Ruler pasara de primero frente al espejo de llegada, la pizarra de Pimlico registró un minuto con cincuenta y cinco segundos (1:55) para 1.900 metros. Después, las autoridades del hipódromo señalaron que hubo un fallo con el cronómetro automático y el tiempo quedaba en 1:54.2.
La marca de Secretariat estaba todavía por debajo del récord de pista que Cañonero con Gustavo Ávila dejó en 1971 con 1:54.0. Pero la polémica seguiría: dos tomatiempos del medio Daily Racing Form cronometraron manualmente 1:53.2.
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El debate siguió días después y el tiempo oficial quedó en 1:54.2 por muchos años, hasta que Penny Chenery, propietaria del legendario caballo y Thomas Chuckas, Presidente del Maryland Jockey Club, introdujeron una solicitud ante la Comisión de Carreras de Maryland para que fuese revisado por video el tiempo logrado por Secretariat, que para ese entonces tenía el récord del Kentucky Derby y del Belmont Stakes.
Dicha moción fue escuchada y en el 2012, la citada Comisión anunció sorpresivamente que después de revisar el video y conforme a las actuales tecnologías, Secretariat empleó 1:53.0 para el recorrido de 1 3/16 millas (1.900 metros).
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De esa forma y 39 años después, Secretariat pasó a ser propietario de los tres récords de pista de la Triple Corona. Solo faltaba resolver el acertijo que hubo con el Preakness. La tecnología ayudó a resolverlo.