El mundo del fútbol se alista para disfrutar de los octavos de final del próximo Mundial de Clubes, donde uno de los cruces más interesantes será entre Inter Miami contra Paris Saint-Germain.
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Este partido marcará el reencuentro de dos figuras que, en su momento, fueron arquitectos de una era dorada con el Barcelona, pero también protagonistas de una relación con algunos inconvenientes: Lionel Messi y Luis Enrique.
La narrativa de este enfrentamiento tiene sus raíces en la exitosa etapa de Luis Enrique como entrenador del FC Barcelona, donde Lionel Messi era la indiscutible estrella. Juntos, lograron un triplete histórico en la temporada 2014-2015, sentando las bases de uno de los equipos más dominantes de la década.
Sin embargo, detrás de los títulos y las celebraciones, la relación entre el técnico español y el astro argentino no siempre fue un camino de rosas.
Un reencuentro con historia
El incidente más recordado que marcó la tensión entre ambos se produjo en el primer partido de 2015. Con el FC Barcelona a cuatro puntos del Real Madrid en La Liga, Luis Enrique tomó una decisión que dejó a muchos boquiabiertos: sentar a Messi en el banquillo.
La justificación oficial fue el tardío regreso del argentino de sus vacaciones, incorporándose al equipo más tarde que el resto de sus compañeros. No obstante, la medida fue percibida como una muestra de autoridad del técnico frente a la figura de Messi, algo poco común en la dinámica del club culé con su máxima leyenda.
Aunque la situación generó revuelo y especulaciones en la prensa, Messi y Luis Enrique tuvieron una conversación interna que, según trascendió, sirvió para calmar las aguas y poner fin al conflicto. A partir de ese momento, la relación pareció enderezarse, culminando en un rendimiento excepcional del equipo que llevó a la consecución de múltiples títulos.