Boca Juniors llegó a su duelo contra Auckland City para intentar ser protagonista de una épica en la jornada del Mundial de Clubes de este martes, 24 de junio. En un duelo que tenía consigo muchísimos focos porque la escuadra argentina se jugaba el pase a los octavos de final.
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Sin embargo, ni épica, ni triunfo, ni nada. Más bien, como dirían los argentinos, los 'xeneizes' firmaron un 'papelón' ante el conjunto de Nueva Zelanda, que había recibido en las dos primeras fechas del torneo hasta 16 goles, 10 del Bayern Múnich y seis propinados por Benfica.
Lo cierto es que Auckland se las arregló todo el partido para sobrevivir y evitar irse del certamen con una derrota a cuestas. De hecho, el empate a 1-1 ya fue histórico para los neozelandeses, que pudieron firmar un punto antes de su viaje a casa.
Por su parte, Boca no logró trascender en el torneo, pese a que en el banquillo estrenaban a nuevo mandamás, en la figura de Miguel Ángel Russo.
Benfica destruyó el plan de Boca Juniors
Más allá del resultado sorpresivo, Boca tenía que lograr una hazaña si quería ver su nombre en la siguiente ronda. Solo una escandalosa goleada por 7-0 servía para soñar con esa posibilidad.
Una que, además, necesitaba la ayuda del Bayern Múnich, si derrotaba a Benfica. Justamente, ese escenario ni se produjo, porque la entidad portuguesa firmó una sorpresiva victoria (1-0) ante los bávaros.
El tanto que subió el marcador para Boca Juniors vino proveniente del propio guardameta del Auckland City al minuto 26', Nathan Kyle Garrow, mientras el empate lo firmó Christian Gray, que podrá contar una historia particular, porque durante el día es profesor y enseña en la Escuela Intermedia Mount Roskill, al igual que en la Escuela Primaria de Auckland, mientras que por las tardes se destina a entrenar con el club más ganador de Oceanía.
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