La conmoción ha sido mucha en el mundo del fútbol desde la confesión de Sven-Göran Eriksson, en la que admitió que le queda, como máximo, un año de vida. El reconocido técnico dirigió a grandes figuras a lo largo de su carrera, destacando nombres como Wayne Rooney, Steven Gerrard, John Terry, Sebastián Verón, entre otros.
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Justamente, esos futbolistas ingleses dedicaron un mensaje de aliento al entrenador sueco, que hoy está atravesando una delicada situación con la enfermedad de cáncer. "Tristes noticias esta mañana. Nuestros pensamientos están con Sven Goran-Eriksson y su familia. Un entrenador brillante y una persona especial. Querido y respetado por todos. Todos estamos contigo Sven, sigue luchando", escribió Rooney en su Instagram, para el técnico con quien coincidió en la selección inglesa desde 2001 hasta 2005.
Por su parte, Terry -que también compartió con Eriksson en el equipo nacional inglés- dejó este mensaje: "Una noticia terriblemente triste, pensando en ti, jefe", mientras otro histórico del combinado, como Gerrard, escribió: "Mantente fuerte, jefe".
Desde Argentina, Verón demostró lo mucho que lo marcó la etapa en el Calcio con el estratega, en su día jugando para la Lazio y donde registró un título liguero en la temporada 1999-2000, la Copa Italia y la Supercopa italiana. “Mucha fuerza Mister Sven! Abrazo grande”, escribió el argentino.
La terrible confesión
Aunque es el destino de la vida, tarde o temprano, las palabras de Eriksson causaron un mal sabor de boca para todos los que estuvieron a su lado en algún momento, incluso, para aquellos que solo conocen su palmarés en los banquillos.
El técnico admitió que sus días en esta tierra estarían contados, por haber sufrido un derrame cerebral, después de una caída en su domicilio, y un cáncer de páncreas: "En el mejor de los casos, me queda un año. En el peor, algo menos", contó el técnico, al tiempo que sentenció que: "resistirá mientras pueda".
Eso sí, lo que no tiene los días contados es su extraordinaria carrera y los mimbres que consiguió detrás de un banquillo, algo que no se podrá borrar, con hasta 18 títulos oficiales. Pasó por países como Suecia, Portugal, Italia, por ejemplo, dejando huella en la mayoría.
Su primer golpe como mandamás de un equipo lo dio con el Göteborg sueco, ganando, incluso, en 1982 la 'Copa UEFA' (hoy conocida como Europa League). En Benfica se coronó hasta tres veces en liga y estuvo a las puertas de ganar la, hoy conocida, Champions League en 1983.