El Inter de Milán, que hasta hace poco se mostraba como un muro infranqueable en Europa, atraviesa un momento crítico en defensa. A pesar de ser la mejor zaga colectiva de la actual edición de la Liga de Campeones —con solo 5 goles encajados en todo el torneo—, los números recientes reflejan una preocupante caída en su solidez: ha recibido goles en sus últimos 9 partidos consecutivos, acumulando un total de 13 tantos en contra.
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El equipo dirigido por Simone Inzaghi había encontrado una fórmula efectiva en la fase de grupos de la Champions, donde terminó invicto y con la portería a cero en seis de los siete encuentros disputados.
Ni el Manchester City ni el Arsenal, ambos potencias europeas, pudieron marcarle un solo gol. Solo el Bayer Leverkusen logró perforar la defensa ‘nerazzurra’, y fue en el tiempo añadido del único partido perdido hasta ahora.
Inter Milan cambió desde la Fase Eliminatoria
Sin embargo, desde los octavos de final el panorama cambió. Cuatro de los cinco goles recibidos en Champions llegaron a partir de esa ronda, coincidiendo con un bajón físico y mental evidente. A esta fragilidad europea se suman los problemas en las competiciones domésticas, donde el Inter ha perdido su consistencia en la retaguardia.
La racha negativa se refleja también en tres derrotas consecutivas (ante Bologna, Milan y Roma), algo que no ocurría desde 2019, cuando el equipo estaba bajo las órdenes de Luciano Spalletti.
Más grave aún: hay que remontarse a 2012, con Claudio Ranieri en el banquillo, para encontrar tres derrotas seguidas sin marcar un solo gol.
En Serie A, el Inter ha pasado de estar entre los tres equipos menos goleados a ocupar el quinto puesto, con 33 goles en contra, superado por Napoli, Atalanta, Juventus y Roma.
El reciente 3-0 sufrido frente al Milan en la Copa Italia, que lo dejó fuera del torneo y del sueño del triplete, fue un golpe especialmente doloroso.