El FC Barcelona se proclamó campeón de LaLiga este jueves tras imponerse 2-0 al Espanyol en el RCDE Stadium de Cornellà. En un duelo marcado por la tensión y la rivalidad catalana, el equipo dirigido por Hansi Flick logró sellar matemáticamente el título gracias a los tantos de Lamine Yamal y Fermín López, ambos en la segunda mitad. Con este resultado, los azulgranas aseguraron su corona a falta de jornadas por disputarse, completando una campaña sólida bajo la batuta del técnico alemán.
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Lamine abrió el camino y Fermín selló el campeonato
Después de una primera mitad con dominio blaugrana pero sin eficacia frente al arco, el gol que rompió el equilibrio llegó al minuto 53. Lamine Yamal, una de las revelaciones de la temporada, encaró por la banda derecha, recortó hacia el centro y sacó un zurdazo ajustado al ángulo que dejó sin opciones al portero Joan García. Fue un tanto digno de un campeón y que desató la euforia en el banquillo visitante.
El Espanyol intentó reaccionar con empuje pero sin claridad ofensiva. En ese contexto, ya en el tiempo de descuento (90+5), Fermín López aprovechó un contraataque y con frialdad definió cruzado dentro del área para sentenciar el partido y confirmar la conquista liguera de los culés.
Polémica con VAR y expulsión de Cabrera
El partido no estuvo exento de polémica. Al minuto 80, en una acción lejos del balón, el defensor del Espanyol Leandro Cabrera golpeó con el brazo a Lamine Yamal, quien cayó al suelo visiblemente afectado. La jugada pasó inicialmente desapercibida, pero desde la sala del VAR llamaron al árbitro Soto Grado para revisar el video. Tras observar las imágenes, el juez no dudó en mostrar la tarjeta roja directa al central uruguayo, encendiendo los ánimos en la grada y en el terreno de juego.
La tensión fue aumentando y el ambiente se tornó hostil para los visitantes, que ya saboreaban el título.
Sin celebración en el campo por decisión del Espanyol
A pesar del logro, el FC Barcelona no pudo celebrar el campeonato en el césped del RCDE Stadium. Apenas finalizado el encuentro, y mientras los jugadores blaugranas se agrupaban para festejar, el Espanyol activó el sistema de riego del campo, obligando a Hansi Flick a ordenar el ingreso inmediato de sus futbolistas al vestuario. Un gesto que generó polémica y fue interpretado como una provocación por parte del club local, todavía golpeado por la derrota.
Barcelona, sin embargo, se marcha con el trofeo y la satisfacción de haber conquistado el título en territorio rival.