Pablo Alejandro Rondón| @PablinhooAlee
CARACAS. Prácticamente a semanas de jugarse la fase final del Sudamericano Sub-20 femenino (el cual viene rodando desde marzo), la CONMEBOL oficializó este viernes un secreto a voces, que ni esa instancia de ese torneo, ni el Sudamericano Sub-17 se disputarán en lo que queda de 2020, teniendo ahora a enero como nueva fecha para jugarse.
En una circular de hace más de una semana, el organismo rector del balompié en la región avisaba de la posibilidad de postergar ambos certámenes, uno que se iba a jugar en Argentina en la segunda mitad de noviembre para determinar a los dos combinados sudamericanos que clasificarían al Mundial de Costa Rica, mientras que el otro se daría del 30 de noviembre al 17 de diciembre en Uruguay, con otro par de cupos a eventos universales.
Ahora, a través de una comunicación, la Asociación Paraguaya de Fútbol reprodujo lo que CONMEBOL determinó. “El contexto actual de la pandemia, aún bastante vigente en nuestra región, nos lleva a tomar una decisión que nos permita resguardar la salud de nuestras jugadoras y poder conseguir a corto plazo, una mejor preparación para todos los equipos”, indicó el ente, a propósito de la pandemia del Covid-19 que ha retrasado la celebración de estas competiciones.
Mientras que, las Copas CONMEBOL Libertadores y Sudamericana masculinas han vuelto a la acción desde mediados de septiembre, con financiamiento de la institución asentada en Luque, Paraguay, desde pruebas PCR y PDR para detectar el virus, como en vuelos chárters para los clubes.
“Las condiciones generales en Sudamérica relacionadas a las restricciones o limitaciones en los vuelos internacionales, las cuarentenas obligatorias o fronteras aún cerradas en algunos casos, sumado al posible cambio en la fecha de los mundiales de estas categorías, nos obliga a hacer una reprogramación de nuestros torneos para el mes de ENERO DEL 2021”, resaltó CONMEBOL en su texto publicado.
Luego de la primera suspensión, un evento en su pleno apogeo y el otro por iniciar (finales de marzo, principios de abril), se pautó julio como el mes para jugarse, pero todavía se estaba lejos de un protocolo sanitario que permitiera ejecutar ambos torneos sin problemas. Se extendió hasta las fechas ya citadas (noviembre y diciembre), para una nueva postergación en esta oportunidad hacia enero.
En el caso de Venezuela, era el único combinado Sub-20 clasificado a la fase final sin tener un trabajo presencial (solo reuniones vía Zoom) previo a la última instancia de ese sudamericano, mientras que sus rivales (Brasil, Uruguay y Colombia) habían realizado una serie de microciclos desde septiembre. El hecho de tener un grueso de sus jugadoras regadas en el exterior también imposibilitaba una reunión previa.
La selección dirigida por Carmelia Rojas fue líder del Grupo A, tras sumar diez puntos en cuatro encuentros, secundada por Colombia, que concluyó dicha fase con siete unidades. Ese torneo se disputó desde el 4 de marzo, pero el 12 de ese mes se decretó su suspensión por el peligro que representaba en la región el nuevo coronavirus, sobre todo por los cierres de fronteras y prohibición de vuelos.
Algunas jugadoras criollas se quedaron varadas en Venezuela, pese a fichar por clubes de España y otros países. Incluso el caso de la defensora Andrea Zeolla, quien pasó parte de la cruda pandemia en Estados Unidos, pese a hacer vida deportiva en Europa.
En cambio, la oncena que le corresponde entrenar a Leonardo Lara, la Sub-17, ha peregrinado en todo el presente calendario, sin certezas sobre la disputa de su torneo. Buscan ser la cuarta Vinotinto de esa categoría en decir presente en un Mundial, en uno que se tiene dos cuartos lugares con otras generaciones.