La Vinotinto puso punto final a su participación en el torneo Sudamericano Sub-17. Lo hizo con mejores sensaciones, tras una victoria contundente frente a Chile (3-0), que ubicó a los dirigidos por Oswaldo Vizcarrondo como el tercer mejor equipo de la edición en Colombia.
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Los goles en ese triunfo se dieron todos en la segunda parte del compromiso y tuvieron como protagonistas a Yimvert Berroteran (51'), Juan Boyer (64') y Marcos Maitán (68').
Ahora bien, con el torneo ya finalizado y el objetivo de la clasificación al Mundial de la categoría, a jugarse en Qatar, podemos repasar varios aspectos de la participación de los criollos en el torneo.
Lo bueno de la Vinotinto
Iniciemos apuntando que este equipo ilusionó a la afición venezolana por el juego que mostró en sus cuatro primeros compromisos. Una selección bien trabajada en lo táctico defensivo, pero a la que le gustaba atacar a sus rivales de forma sincronizada y con mucha posesión de balón.
En esos tramos lo bueno estuvo marcado por la sintonía de cada jugador y en que se vio a un grupo decidido a hacer daño a sus rivales con un fútbol asociativo. Al mismo tiempo, es ganancia para el desarrollo criollo varios de los nombres que destacaron como Diego Claut, con sus con cuatro tantos en el certamen, Juan Camilo Uribe con su visión de juego y Yimvert Berroteran con su desborde.
Lo malo
La etapa más baja del equipo llegó en el momento donde el título era una posibilidad, ya con el boleto a Qatar en el bolsillo. En semifinales, contra Colombia, el equipo no supo repetir su mejor versión y físicamente se notó la diferencia a las primeras jornadas.
Esa goleada ante los cafeteros 5-1 no solo dejó a la Vinotinto sin opción a ganarse el Sudamericano, sino que también generó una alerta importante a que todavía hay teclas que mejorar a futuro, de cara a la Copa del Mundo.
Lo feo
Sin duda alguna, la nota gris de Venezuela en esta edición estuvo presente en los incidentes violentos ocurridos al finalizar el encuentro contra Colombia, en la que los cuerpos técnicos de ambas selecciones y distintos jugadores protagonizaron una batalla campal.
Golpes y riña, que seguramente traerá sanciones severas a los involucrados, estuvieron a la orden de la carta, empañando la salida de la Vinotinto de un torneo del que se estaba sacando más notas positivas que negativas.