Paolo Guerrero es el capitán por excelencia estos últimos años en la selección peruana y es un icono de la reciente generación dorada del país, sin embargo, pese a tener esos mimbres de cariño por la gente, está viviendo una situación bastante traumática, luego de trazarse su regreso al balompié de la nación inca.
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Para entender lo que está pasando con el delantero, hay que iniciar contando que Paolo había decidido, a sus 40 años de edad, volver a la dinámica con un conjunto peruano y firmó por el Club César Vallejo, sin contar con la serie de acontecimientos que se le vendrían a su vida.
Por consiguiente, una vez dada la rúbrica en el contrato y asumiento el vínculo con el equipo peruano, el atacante inició otra saga lamentable de su carrera, cuando empezó a recibir algunas amenazas a él y su entorno, provenientes de grupos delictivos de la ciudad de Trujillo, donde compite Vallejo.
Los ataques dirigidos a Guerrero estaban centrados en una clara petición de dinero para que la seguridad del jugador no corriera peligro en esta zona del país, hoy bastante atacada por la inseguridad, según cuentan medios peruanos.
La decisión de Paolo
Con todo esto sobre la mesa, el histórico ariete analizó mejor su situación y decidió no seguir con su plan inicial: volver a jugar en Perú. El mítico atacante rompió el silencio y expresó para la pantalla de América TV que está moviéndose para rescindir el contrato firmado con César Vallejo, porque su intención es continuar dedicándose al balompié, aunque sea con otra escuadra.
En consecuencia, lo urgente para Guerrero es concretar la negociación que lo libere del club inca, aunque el propio abogado del delantero apuntó que -desde el equipo- aún son reticentes con la salida del jugador y esperan mantenerlo para la competición local
"El club no quiere liberar a Paolo y, básicamente, el punto es: 'O vienes a Trujillo o dejas de jugar al fútbol", expresó el jurista, sobre la postura que está defendiendo César Vallejo sobre la marcha de futbolista.