Este miércoles, María Tato ha dejado su puesto como directora de la candidatura para el Mundial 2030 tras un escándalo relacionado con la selección de sedes. España, en colaboración con Marruecos y Portugal, había postulado varias ciudades, pero la controversia surgió cuando la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) decidió incluir a San Sebastián en lugar de Vigo como la undécima sede, lo que ha desencadenado una ola de críticas y, finalmente, su dimisión.
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Tato, culpable de perjudicar a Vigo como sede
La responsable de la Candidatura del Mundial 2030 ha estado en el foco de la polémica durante los últimos días por la concesión de las sedes de la cita cuatrienal. Presuntamente, Tato habría modificado las puntuaciones de las sedes para favorecer a Anoeta (San Sebastián) y perjudicar a Balaídos (Vigo).
Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha aceptado este miércoles la dimisión de María Tato.
Polémica con las sedes de la Copa del Mundo
La polémica surge con la introducción de criterios de última hora que perjudicaron directamente a la candidatura de Vigo, que perdió la 11ª plaza de la lista, la que marcaría el corte de aquellas sedes que serían propuestas a la FIFA, y que benefició a San Sebastián, se ha llevado por delante a la máxima responsable de esa elección.
Las tensiones aumentaron cuando se reveló que los criterios de evaluación para la selección de sedes habían sido modificados en un momento crítico del proceso. La ciudad de Vigo, con su estadio Balaídos, había sido valorada inicialmente con una puntuación de 10,2004, superior a la de San Sebastián, que obtuvo un puntaje de 10,1226. Sin embargo, dos días antes de que la RFEF entregara la lista definitiva a la FIFA, San Sebastián fue elegida, logrando un aumento de puntuación que la colocó por encima de Vigo basándose en la supuesta necesidad de menos remodelaciones en Anoeta.
Esta disputa fue objeto de un reportaje del diario El Mundo, que también publicó grabaciones de una reunión del comité de candidatura donde Tato alude a "meter valores en el Excel" para ajustar los resultados. Estas declaraciones han suscitado preocupaciones sobre la legitimidad del proceso de evaluación, insinuando un manejo arbitrario de las puntuaciones que beneficiaron a San Sebastián.
La situación se agravó el pasado lunes, cuando la RFEF lanzó una investigación interna tras las quejas sobre los cambios en los criterios de puntuación. En su informe, Tato se vio obligada a aclarar las discrepancias, lo que finalmente llevó a su decisión de presentar su dimisión para no perjudicar a la institución.
Según Tato, los criterios de evaluación utilizados para la selección de los estadios se basaron en normativas establecidas por la FIFA para otros eventos, como la Copa Mundial Femenina 2027, e involucraron un riguroso proceso de visitas y valoraciones de las 15 ciudades postulantes. Sin embargo, los métodos de asignación de puntajes para los estadios, especialmente en lo que respecta al nivel de intervención necesario, fueron cuestionados.
La decisión final de las sedes fue anunciada el 19 de julio de 2024 y ha sido recibida con escepticismo. En medio de estas tensiones, la RFEF ha insistido en que el proceso cumplió con los estándares de la FIFA. A medida que se desarrollan los acontecimientos, el futuro de la candidatura del Mundial 2030 y la estabilidad de la RFEF se encuentran en una encrucijada, marcada por la controversia y las dudas sobre la transparencia en la gestión del evento.
Con la dimisión de Tato, muchos se preguntan qué implicaciones tendrá esto para la candidatura y cómo afectará la percepción pública de un evento que debería ser motivo de orgullo para España y sus ciudades seleccionadas.