La final de la Copa Libertadores se encuentra en medio de una controversia debido a la posición tomada por el club brasileño Flamengo y desde Conmebol están evaluando cambiar la sede del partido definitorio del torneo continental de clubes más grande de Sudamérica.
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El problema entre el ente y el club carioca se debe a que el Flamengo quiere programar un encuentro en el estadio frente al Red Bull Bragantino a pocos días antes del partido entre Boca Juniors y Fluminense, lo que pondría en riesgo la calidad del campo de juego y la capacidad antes de la final.
Flamengo asegura ser dueño del estadio
Desde el club brasileño aseguran ser los dueños del Estadio de Maracaná, lo que ha ocasiona molestias en Conmebol porque consideran que debe ser tratado como una zona neutral para la final entre Boca Juniors y Fluminense. Sumado a esto, el Flamengo pidió una mayor cantidad de entradas para sus fanáticos, exponiendo que son muchos más que los seguidores de los clubes que estarán en la final y, por lo tanto, merecen una mayor cantidad de boletos.
Esta actitud tomada por la directiva del Flamengo ha generado incomodidad y molestia entre los hinchas de Boca y Fluminense por el exagerado pedido de entradas por parte del Flamengo para el encuentro definitorio de la Libertadores.
Ante esto, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, se reunió con el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ednaldo Rodrigues, para tratar esta situación y explicó que, si el club no cambia su posición, la final podría sufrir un cambio de sede a poco más de dos semanas de ser realizada.