En una tarde de reencuentro y alivio, el Real Madrid se despidió de la crisis reciente, sellando un contundente 4-0 ante Osasuna en el Santiago Bernabéu. Después de las duras derrotas en el Clásico y en la Champions League contra el Milan, los de Carlo Ancelotti dieron una muestra de su capacidad ofensiva, manteniéndose segundos en la tabla con 27 puntos, aunque con un partido pendiente contra el Valencia.
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Vini rescata a un Madrid lesionado
Vinicius fue el gran protagonista del encuentro, anotando un hat-trick que inyectó confianza a la afición merengue. Sin embargo, la alegría se vio empañada por la preocupación de una posible lesión grave de Éder Militao en la rodilla, junto con las salidas temprano de Rodrygo y Lucas. La salud del equipo preocupa, pero el talento de Vinicius brilló con fuerza, recordando la magia que puede ofrecer el conjunto blanco.
El segundo gol llegó gracias a una asistencia brillante de Raúl Asencio, joven canterano que ingresó por Militao, que habilitó a Jude Bellingham, quien por fin logró sacarse la espinita del primer gol, otro indicativo del renacer del Madrid.
Sin embargo, la actuación de Osasuna resultó decepcionante. El equipo que había deslumbrado en la temporada y que hasta ahora es el único equipo que ha podido vencer al Barcelona se presentó en el coloso madrileño sin su esencia, dejando un vacío en la cancha. A pesar de las dudas que persisten, el Madrid se aferra a la victoria como un rayo de esperanza en una temporada que aún promete sorpresas.