Xavi Hernández, el entrenador del equipo, expresó su malestar tras el partido contra el Amberes, señalando que se marchaba con sensaciones muy negativas debido al desempeño preocupante de su equipo. En sus declaraciones, Xavi mencionó que muchos jugadores estuvieron por debajo de su nivel, mostrando una alarmante falta de confianza en ciertos casos. Aunque evitó mencionar nombres específicos públicamente, aseguró que internamente abordaría estas cuestiones con los jugadores correspondientes.
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Según informaciones de medios españoles, Xavi y su equipo técnico identificaron una serie de deficiencias durante el partido, las cuales posteriormente comunicaron al plantel. Estos problemas incluyeron la falta de intensidad en los duelos, lo que resultó en la pérdida constante de los mismos. Además, se observó que el equipo jugaba con las líneas muy separadas, rompiendo el equilibrio y permitiendo al Amberes sentirse cómodo en el campo. También se destacó la lentitud en el ritmo de balón, lo que volvía el juego predecible y facilitaba al rival defenderse. Finalmente, se señaló la dificultad en la salida de balón debido a la falta de apoyos, lo que resultó en la pérdida del balón y en los dos primeros goles en contra.
Estos errores tácticos se sumaron a preocupaciones individuales, como la falta de confianza de algunos jugadores en su desempeño y bloqueos mentales que afectaron su rendimiento. Xavi expresó su consternación, mencionando que en ocasiones "la camiseta del Barça pesa", haciendo alusión a la presión y expectativas que conlleva representar al club.
Con poco más de 48 horas antes del próximo partido en Mestalla ante Valencia, Xavi enfrenta el desafío de revitalizar el ánimo de un vestuario afectado. El entrenador confía en poder estimular el orgullo de sus jugadores para que reaccionen y recuperen una dinámica positiva tanto en el juego como en los resultados.