Real Madrid no pudo llevarse una alegría en su visita al Emirates Stadium. No hubo celebración, sino más bien un muro de lamentaciones del lado merengue y muchas caras señaladas de ese varapalo recibido por Arsenal en la ida de los cuartos de final de la Champions League.
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El 3-0 es un resultado contundente de parte de la entidad inglesa y que habla de lo que hicieron dentro del campo, a su vez, que explica el bajo nivel que presentó la oncena madridista, en la que hubo un efectivo muy apuntado: Kylian Mbappé.
El francés se fue en blanco en lo que mejor sabe hacer: goles. No solo eso, sino que sus prestaciones no fueron lo suficiente para romper a un Arsenal que lo contuvo en casi todos los duelos.
El partido de Kylian Mbappé
Las jugadas de mayor peligro de los dirigidos por Carlo Ancelotti llegaron desde las botas de Mbappé con dos remates hacia el arco local, uno contenido por David Raya en la primera parte y el otro del lado que no suma de la red.
Quiza, esas actuaciones particulares explican por qué fue de los mejores puntuados de su equipo en portales especialistas como Sofascore, donde le adjudicaron un 7.4.
Sin embargo, más allá de esas acciones aisladas, lo cierto es que al galo le costó entrar en el circuito de juego de los suyos, tanto que se le vio en innumerables oportunidades recibiendo bastante alejado del área, como intentando entrar en la dinámica de su club.
En medio de todo, completó cuatro regates de seis intentados, firmó un 93% en acierto de pases (27/29), contribuyó en dos pases claves, recibió una falta, otorgó otra y registró seis pérdidas de balón.
Todo lo anterior fue lo más destacado de Mbappé en el compromiso, en el que no pudo generar las asociaciones necesarias con sus compañeros en ataque, Vinicius y Rodrygo, maniatados por la asfixiante presión de los 'gunners'.