En un movimiento que busca reforzar su cuerpo de lanzadores, los Atléticos han adquirido al zurdo Jeffrey Springs y al también zurdo Jacob Lopez en un intercambio con los Rays de Tampa Bay.
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A cambio, Oakland envió al derecho Joe Boyle, al prospecto de primera base Will Simpson (número 28 según MLB Pipeline), al derecho Jacob Watters, y una selección de la Ronda A del Draft de Balance Competitivo 2025.
Zurdo con talento probado
Jeffrey Springs, de 32 años, es el nombre principal de este acuerdo. Tras someterse a una cirugía Tommy John en abril de 2023, Springs regresó a la acción este julio con actuaciones sólidas para los Rays.
En siete aperturas, registró una efectividad de 3.27, con 37 ponches y 11 boletos en 33 entradas lanzadas. Sin embargo, fue desactivado en septiembre debido a fatiga en el codo izquierdo, en lo que se consideró una medida precautoria dada la eliminación de Tampa Bay de la contienda por los playoffs.
Antes de su lesión, Springs era conocido por su cambio de velocidad de élite, el cual combina con un repertorio que incluye recta, slider, barrida y, recientemente, un cutter que comenzó a incorporar. Aunque su velocidad promedio de recta disminuyó a 89.8 mph en 2024, los Atléticos confían en que pueda recuperar el rango de 91-92 mph que manejaba antes de la cirugía.
Implicaciones para los Atléticos
La llegada de Springs no solo añade profundidad, sino también calidad a la rotación de los Atléticos, que ya había dado un paso adelante este mes al firmar a Luis Severino por $67 millones. Springs estará bajo contrato por $10.5 millones en 2025 y 2026, con una opción del club por $15 millones para 2027, lo que refleja el compromiso de los Atléticos de invertir en su plantilla después de una temporada pasada con un presupuesto de $63.4 millones.
Jacob Lopez, incluido en el acuerdo, también podría contribuir como pieza adicional para la rotación o el bullpen, aunque aún no ha debutado en Grandes Ligas.
¿Qué ceden los Atléticos?
En el lado opuesto del trato, los Rays reciben a Joe Boyle, un derecho de 24 años con un brazo potente que podría ver acción en Grandes Ligas pronto. Además, suman a Wil Simpson, un prometedor primera base de 22 años, y a Jacob Watters, otro derecho joven con potencial.
Este intercambio representa un paso audaz para Oakland, que busca mantenerse competitivo mientras reconstruye su núcleo de jugadores. Para Tampa Bay, el movimiento refuerza su sistema de prospectos y asegura opciones futuras en el draft.