Cuando Cardenales de Lara en el pasado draft de adiciones y refuerzos para el round robin, se decantó por la ficha de Harold Castro, diversos fueron los motivos de esa decisión; encontramos lógico además de probable que el alto mando se fijó a parte de su gran desempeño con Leones del Caracas, en sus positivos precedentes en postemporadas.
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En lo que va de la gran final ante Bravos de Margarita, el “Tren del 23” ha respaldado esa elección; en el juego 1 ligó de 3-1 con boleto, para el 2do se fue de 4-2, doble, empujada y anotada, mientras que este 22 de enero sonó de 4-3, biangular, remolcada, par de pisadas del plato además de pasaporte. En el lapso no se ponchó en ningún momento.
Pero con los pájaros rojos abajo en el careo, el toletero zurdo mostró esa valía adicional que le hacen una referencia en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP); en el 1er inning y con 2 outs, largó ese doblete que permitió el turno de Rangel Ravelo, este respondió con cuadrangular. Picar adelante en la primera oportunidad ofensiva, antes de que el contrario desplegase su arsenal fue fundamental, cuidado si no lo es en lo que resta de beligerancia.
Con unos insulares que lucían enormes en su terreno, con el mejor respaldo de su público desde que la franquicia se trasladó a Nueva Esparta, ese 2x0 inicial oxigenó las posibilidades de los crepusculares, cuyo pitcheo supo controlar los momentos de máximo peligro y dejó a los locales en apenas 2 rayitas a lo largo del juego.
Mientras tanto, Castro aumentó su trascendencia porque él mismo se encargó de ampliar la ventaja de la visita a 3x1 en el inning 3; con Ildemaro Vargas instalado en la intermedia, luego de hit más error, Harold Arnaldo le engomó con sencillo y a partir de ese punto el control cardenalero fue total.
Claro que se trató de un trabajo grupal, pero el aporte de la selección alada fue determinante. Para este tipo de cosas se le trajo y ha cumplido.
LVBP: Harold Castro en finales
Su experiencia abarca dos con sus Leones de siempre. La primera ocasión fue en el torneo 2018/2019 enfrentando precisamente a Lara; durante los cinco partidos acumuló de 20-5, 2 dobles, .250 en promedio de bateo, .286 en porcentaje de embasado, .350 de slugging y .636 de OPS.
Para la segunda oportunidad el rival fue Tiburones de La Guaira; tras seis choques finalizó de 24-7, doblete, 3 bases por bolas, 5 ponches, 1 elevado de sacrificio, .292 de average, .357 en PEB, .458 de slugging, .815 de OPS y por supuesto, ese momento de gloria absoluta, su único jonrón con el que sumó 3 impulsadas, con el que llegó a 5 anotaciones, siendo el primero en la historia de la LVBP, con tablazo de cuatro esquinas para dejar en el terreno al oponente dándole el título a su equipo.