Guillermo Liñares
Caribes de Anzoátegui y Navegantes del Magallanes protagonizarán otra serie final que se definirá en siete juegos. El denominado juego "bonito" se ha vuelto costumbre en la pelota venezolana durante los últimos diez años, con distintos equipos que han protagonizado un evento decisivo que dejó el suspenso hasta el último día, cuando el calendario no daba para más.
Remontándonos a las últimas diez temporadas tenemos que irnos a la campaña 2010-2011 cuando los propios Caribes fueron partícipes de un séptimo duelo. En aquella ocasión el equipo que para entonces dirigía Julio Franco se impuso a los Tigres de Aragua, obteniendo así la primera corona de la historia del equipo portocruzano y ante su público: el Alfonso "Chico" Carrasquel, contexto en el que se encuentra la actual final.
Dos temporadas después de ese serie le tocó el turno a los Navegantes del Magallanes. La Nave llegó al José Bernardo Pérez de Valencia abajo 3-2 contra Cardenales de Lara, pero pudieron ganar los dos juegos en casa para acabar con una sequía de campeonatos que ya tenía 11 temporadas. Magallanes ganó la diadema 11 en su historia en esa ocasión bajo las órdenes de Luis Sojo.
No fue sino hasta hace apenas dos años cuando la LVBP vivió otra final que se alargó hasta siete juegos. Nuevamente Caribes de Anzoátegui estuvo involucrado en ella pero ahora con un final amargo para la "Tribu": perdieron dos juegos de visitante en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto contra Cardenales de Lara después de estar arriba 3-2 en la serie. Lara logró ganar en ese momento el bicampeonato. Algo que ahora Anzoátegui persigue.
Es decir, Caribes y Magallanes han estado siempre inmiscuidos en finales que se definen en el "bonito" en los últimos tiempos en la liga, algo que ahora vuelve a ocurrir.
Si Anzoátegui la gana será la segunda en su historia que lo hace en esas lides. Mientras que de las 12 conquistas que presume Magallanes en su historia, un total de tres se han ido hasta siete juegos.