Manager del año: reconocimiento al mejor timonel

Si existe una labor que no es del todo palpable por los fanáticos, periodistas y seguidores en general del beisbol es el cargo de manager. 

 

 

No se trata solo de ordenar jugadas, armar alineaciones, decidir los peloteros que saltarán al terreno y buscar fórmulas que lleven a sus equipos al puerto prometido, sino también contar con la ascendencia, el liderazgo y el respeto que deben ganarse en el clubhouse. Es un trabajo que no se ve, y es donde su importancia cobra mayor relevancia. 

 

En la temporada 2021-2022 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional hay varios candidatos a ganar el premio "Alfonso Carrasquel" que se entrega desde la edición 2003-2004. Hombres que con su experiencia y conocimiento guiaron a sus clubes a postemporada y su trabajo habló fuerte. 

 

 

Tuvo su primera experiencia como manager en Venezuela, pero no en la pelota, ya que Wilfredo Romero es un hombre que cuenta con recorrido en México con Leones de Yucatán, Acereros de Monclova y los Mayos de Navojoa. Estos últimos en la Liga Mexicana del Pacífico, el circuito invernal. Además, en 2022 dirigirá a los Pericos de Puebla después de que su trabajo con los Navegantes del Magallanes destacase. 

 

Bajo su tutela, Magallanes navegó aguas seguras en la temporada al ser el mejor récord de todos los conjuntos (32-17) y clasificar primero que los demás. Fueron de largo el mejor equipo.

 

Estuvieron sólidos, con un lineup estructurado de gran forma (Cade Gotta, Alberto González, Nellie Rodríguez, Alejandro De Aza, Carlos Pérez, Alberth Martínez, Gabriel Noriega, entre otros), una rotación que supo salir de los problemas gracias al aporte de Erick Leal, Yohander Méndez, Robert Zárate, o Gabriel García y un relevo que pudo sortear los problemas en la parte final al designar a Bruce Rondón como el cerrador del equipo. 

 

Quizás Magallanes no tiene una nómina débil, pero hay que recordar que es uno de los dos equipos sancionados por la OFAC y no pueden disponer de su material de MLB. 

 

Un acierto de la gerencia naviera su designación. 

 

 

Es un caso que vale la pena destacar: los Leones del Caracas tuvieron prácticamente la misma estructura que los llevó a ser el peor equipo de la temporada 2020-2021, con algunas excepciones como César Valera, Anthony Jiménez, Leandro Cedeño, Andrés Pérez, Eduardo Paredes o José Flores, llegados por cambios con otros equipos o invitados a los entrenamientos. 

 

Alguacil fue capaz de guiar a los melenudos, junto a hombres de mucho recorrido en este beisbol como Wilson Álvarez y Lipso Nava, a la postemporada y además de terceros en la tabla general (26-23 de récord). 

 

Lidió con lesiones, bajo rendimiento de lanzadores (sobretodo la rotación, donde hasta noviembre ningún iniciador de Leones ganó un juego), o escasa producción en tramos del año. Y aún así los clasificó. Poca cosa no es. 

 

Ha sido criticado por fanáticos por considerar que es poco agresivo en su forma de dirigir, pero tiene mucho mérito llevar a un equipo derrumbado en la temporada anterior a los mejores del año siguiente. 

 

Su candidatura tiene fuerza. 

 

 

Cardenales de Lara ha sido un continuo invitado a la postemporada, tanto que en las últimas cinco temporadas ha estado siempre en la final.

 

Carlos Mendoza pudo mantener esa tendencia al clasificar a los crepusculares de segundos, hacer ajustes en su pitcheo después de que hombres como Néstor Molina no fuesen el mismo de antes, y darle tiempo de juego a novatos como Jermaine Palacios o Pedro Castellanos. 

 

Lara terminó con la segunda mejor marca de la temporada (28-21) y más allá de que tuvieron un bache defensivo que les costó algunos juegos, mantuvieron el tipo y clasificaron cómodos. 

 

Además, podemos decir que es el estratega con mejor estatus en el béisbol organizado ya que es nada más y nada menos que el coach de banca de Aaron Boone en los Yankees de Nueva York. Un manager venezolano con proyección de dirigente grandeliga. 

 

 

Su equipo no clasificó después de quedar fuera en un juego extra, pero David Davalillo tuvo muchos momentos donde Bravos era el líder del circuito, unos insulares que nadie daban en los papeles. Casi dan la campanada. 

 

Al final no logró el cometido de orientar a sus muchachos a la postemporada, pero al menos compitieron y siempre mantuvo la creencia de lograr el pase. 

 

25-25 fue el registro de Margarita.