Harold Capote Fernández | @batesbeisbol
Decir que antes del 22 de octubre de 1941 el beisbol en Venezuela era un deporte con pocos aficionados es una gran mentira, tan grande como es cierto que luego de esa fecha pasó a ser el más popular de todos.
Ese día todo cambió en nuestro país gracias a un grupo de muchachos que simple y llanamente causó mayúscula sorpresa en La Habana y el mundo entero; sin contar con el favoritismo llegaron lejos para alzar el título ante el elenco que todos esperaban fuese el campeón.
Héroes del 41: El trabajo de Abelardo Raidi
La génesis de ese grupo en particular pasa por el trabajo de Abelardo Raidi, un joven de apenas 27 años lleno de un amor profundo por el beisbol; a él la Asociación Venezolana de Béisbol le encarga la tarea de conformar el roster nacional que iría a Cuba para participar en la IV Serie Mundial de Béisbol Amateur.
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No debemos obviar la escogencia de este periodista, quien de manera minuciosa conformó el roster venezolano analizando en las fallas del combinado nacional en la justa anterior, así como en las características del torneo a realizarse, pasando por cosas que parecen tan sencillas pero que fueron determinantes.
Un ejemplo de ello fue la decisión de que el equipo realizara sus prácticas en el Estadio Nacional del Paraíso, que a diferencia de todos los campos en el país, contaba con grama en el infield, al igual que el terreno de La Tropicana, lugar donde se llevaría la justa.
Raidi igualmente se rodeó del personal adecuado, encontrando en Hermán “Chiquitín” Ettedgui y el promotor deportivo Juan Antonio Yanes “Yanesito”. El trío se encargaría de conformar una joven representación para Venezuela, que luego de varios días de preparación partió desde el puerto de La Guaira hacia su encuentro con la gloria.
Los duelos
Desde el 27 de septiembre nuestros muchachos dieron inicio a su participación con un triunfo de 8x2 ante El Salvador; seguirían el 12x1 contra Puerto Rico, 5x2 sobre México, 12x1 ante Estados Unidos, contra Panamá 7x2, 6x0 sobre Nicaragua.
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El invicto se vio frenado por República Dominicana, que se impuso 4x2, obligando a los venezolanos a vencer a Cuba para así obligar una partida extra por el título; ese triunfo sobre los cubiches llegó con marcador de 4x1, dejando la escena servida para un momento único en nuestra historia deportiva.
Ese 22 de octubre, esos nóveles venezolanos que salieron al campo de nuevo enmudecen a los entendidos para otra vez vencer a los cubanos 3x1; desde ese punto la historia deportiva de nuestra nación cambió para siempre de tal modo, que todavía hoy, 80 años después, el beisbol sigue siendo el deporte más seguido en este terruño.
Si queremos entender la historia moderna de esta disciplina deportiva, lo hecho por ese grupo es de obligado análisis; jamás olvidemos sus nombres, ellos terminaron de establecer esta disciplina como la más apasionante.
Ese grupo estuvo conformado por los lanzadores Juan Francisco "Gatico" Hernández, Domingo "Taciturno" Barboza, Ramón "Dumbo" Fernández, Felipe Gómez, Benjamín Chirinos, Daniel "Chino" Canónico, Pedro “Buzo" Nelson.
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Como jugadores de posición contaron con los receptores Guillermo Vento y Enrique "Conejo" Fonseca (C), mientras que el resto del infield fue integrado con Luis Romero Petit (3B), José Antonio Casanova (SS), Dalmiro "El Ovejo" Finol (2B), José Pérez Colmenares (1B) y Atilano "Pollo" Malpica (utility).
Sus guardabosques: Jesús "Chucho" Ramos, Héctor Benítez Redondo, Julio Bracho, Francisco "Tarzán" Contreras.
Todos dirigidos por Manuel "Pollo" Malpica, acompañado por los coaches Carlos Maal, Jesús Corao; su masajista fue Jesús Rodil; Abelardo Raidi fungió como delegado.
Tras 80 años su gesta fue dignamente emulada por los muchachos que integraron compitieron en el Mundial sub-23, un largo trayecto de espera para que Venezuela saboreara de nuevo las mieles del triunfo en una competición global de beisbol.
Y por ningún momento se nos olvide que fueron ellos, los muchachos de 1941, nuestros primeros campeones mundiales en el deporte de los bates, guantes y pelotas.
¡Héroes del 41, ídolos por siempre!