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El triunfo de los Reales de Kansas City ante los Orioles de Baltimore en la Serie del Comodín fue un claro ejemplo de cómo el liderazgo puede marcar la diferencia en momentos cruciales. Y en esta ocasión, el protagonista indiscutible fue el receptor venezolano, Salvador Pérez.
Con el marcador apretado y la tensión palpable en el noveno inning, el cerrador Lucas Erceg se encontró en una situación límite. Tras otorgarle un boleto a Ryan O’Hearn, la carrera del empate estaba a solo un swing de distancia. Fue entonces cuando Pérez intervino, mostrando la calma y la experiencia que lo caracterizan.
“Básicamente me estaba controlando”, confesó Erceg. “Me dijo: ‘¿Estás bien? Vamos. Vamos, esto es todo’. Así que me encerró de nuevo y me hizo volver a la zona”. Las palabras de Pérez tuvieron un efecto inmediato en el joven lanzador, quien logró recuperarse y ponchar a uno de los bateadores más peligrosos de los Orioles.
El liderazgo de "Salvy" va más allá de las palabras. Su presencia en el montículo, ya sea como receptor o como primera base, es sinónimo de tranquilidad y confianza. “Él entiende su papel en este equipo como líder”, aseguró el mánager Matt Quatraro. “Y no sale al campo simplemente por salir. Sale cuando tiene algo que decir y entiende que puede marcar la diferencia”.
La capacidad de Pérez para leer las situaciones y brindar el apoyo necesario a sus compañeros es una de sus mayores virtudes. Su experiencia y su carisma lo convierten en un líder nato, capaz de inspirar a todo el equipo.
En definitiva, la victoria de los Reales fue mucho más que un simple triunfo deportivo. Fue una demostración de cómo un líder puede marcar la diferencia en los momentos más difíciles. Y Salvador Pérez, una vez más, evidenció por qué es una pieza fundamental en este equipo.