Durante los primeros 4 partidos de septiembre José Altuve ligó 7 imparables en 16 turnos para promedio de bateo en .438, además, destrozó como le dio la gana al pitcheo de los Rangers de Texas porque 5 de esos indiscutibles fueron cuadrangulares y de paso, 4 en turnos consecutivos. Toda esa producción le sirvió para remolcar 5 carreras mientras los Astros de Houston jugaron para .500 en ese periodo.
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Asimismo, el estelar camarero tuvo porcentaje de embasado en .438, slugging de 1.375 y OPS en 1.813, cifras que simple y llamante permanecieron fuera de toda lógica respecto a la tendencia estadística.
Sin embargo, el propio “Astroboy” está hecho de carne y hueso, es normal que caiga en un bache y eso es lo que le ha ocurrido en los recientes 7 compromisos, etapa en la que dio 5 inatrapables en 27 chances legales para bajo average de .185, con porcentaje de embasado en .313, slugging de .296, OPS en .609, 1 jonrón, 3 compañeros llevados a la registradora y 5 pisadas del plato. Por fortuna, los Astros ganaron 4 y cedieron en 3 para mantener la azotea en la División Oeste de la Liga Americana.
Esta circunstancia de Altuve presenta una curiosidad, porque en 5 de esos partidos ha logrado al menos 1 imparable; en otros dos se fue de 4-0 y 3-0. En alguna medida, estos inconvenientes se explican en dos de los abridores contrarios a quienes enfrentó: Max Scherzer (cuando falló en 4 turnos) y Blake Snell (líder en efectividad en Grandes Ligas).
Por otra parte, si revisamos el historial de José Carlos, no causa tanto asombro esta mala racha pues en el mes 9 acumula su segundo promedio más bajo, “apenas” .298, cuando en todos los demás, exceptuando agosto, liga más de .300.
Es decir, su currículo se esgrime como argumento para esperar una inmediata recuperación y ayudar a Houston en la aseguración del título divisional.