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Ronald Acuña Jr. está de vuelta y poco a poco empieza a parecerse al jugador explosivo que todos conocen. Luego de una larga ausencia por una delicada lesión en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, el venezolano está recuperando su ritmo. Y en el primer juego de la serie ante los Rockies de Colorado dio señales claras de que su confianza al correr está regresando.
En una jugada que no pasó desapercibida, Acuña anotó desde tercera base tras un elevado de sacrificio. Lo hizo con potencia y decisión. Su velocidad en esa carrera fue de 30.1 pies por segundo, una cifra que lo coloca en la categoría de velocidad élite dentro de las Grandes Ligas. Más adelante en ese mismo duelo, se robó su primera base de la temporada 2025. Llegó sin problemas a la intermedia, mostrando que las piernas le están respondiendo y que el miedo natural tras una cirugía importante empieza a quedar atrás.
Acuña se había mostrado cauteloso al correr en esta campaña. No se trata solo de volver a jugar, sino de volver a confiar en el cuerpo, sobre todo cuando las rodillas han sido su punto débil desde que llegó a las Grandes Ligas. Recordemos que ya ha sido operado de ambas, una situación poco común para un jugador de su edad.
El robo de base y la anotación con el fly de sacrificio son más que simples jugadas. Son mensajes. Acuña Jr. empieza a soltarse, a retomar su estilo agresivo en las bases, y eso es una gran noticia para los Bravos de Atlanta y para los fanáticos en general. Si las piernas le colaboran, Ronald está listo para volver a ser uno de los peloteros más electrizantes de todo el circuito.