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El beisbol de las Grandes Ligas se distingue por su alto nivel competitivo y su firme compromiso con la integridad dentro y fuera del terreno de juego. Este compromiso se refleja en la aplicación estricta de las normas que rigen tanto a las organizaciones como a los jugadores. En la mañana de este domingo 18 de mayo, la Major League Baseball (MLB) anunció una noticia que ha causado revuelo en el entorno de la pelota profesional: el lanzador venezolano José Alvarado, relevista de los Filis de Filadelfia, ha sido suspendido tras dar positivo en una prueba antidopaje.
Según el reporte oficial, en el organismo del serpentinero se detectó testosterona exógena, una sustancia prohibida por el reglamento antidopaje de la MLB. La sanción impuesta es contundente: Alvarado deberá cumplir una suspensión de 80 compromisos, perderá el salario correspondiente a la temporada 2025 y no podrá participar en la postemporada, incluso si los Filis logran clasificar.
La situación ha generado distintas reacciones, especialmente luego de que el periodista Daniel Álvarez Montes informara que, según una fuente cercana al caso, la prueba en la que el lanzador resultó positivo fue realizada a finales del Spring Training. Posteriormente, Alvarado habría sido sometido a nuevos exámenes, los cuales arrojaron resultados negativos. No obstante, la MLB decidió mantener la sanción, amparada en la rigurosidad de su política antidopaje, que establece que un solo resultado positivo es suficiente para aplicar el castigo correspondiente.
Para José Alvarado, esta suspensión representa un golpe tremendo en lo personal y profesional. Su ausencia dejará un vacío importante en el bullpen de Filadelfia, equipo que contaba con su experiencia y fortaleza en los innings finales de los juegos. Si bien su regreso podría darse en agosto, su inhabilitación para la postemporada deja una marca sensible en su campaña y en las aspiraciones de su novena.