El pitcheo de los Dodgers de Los Ángeles comenzó la temporada con una actuación destacada. Durante este período, los lanzadores lograron una efectividad de 1.96, permitiendo solo 12 carreras limpias en 55.0 innings. Este desempeño fue impulsado por un impresionante porcentaje de ponches (K%) de 30.3, acumulando un total de 70 abanicados.
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Además, el WHIP de 1.24 reflejó un control sólido sobre los bateadores rivales, limitando las oportunidades de embasarse.
Un declive importante
Sin embargo, los últimos cinco juegos han mostrado un panorama completamente diferente. La efectividad del equipo se disparó a 5.05, permitiendo 23 carreras limpias en el mismo número de innings. El porcentaje de ponches cayó drásticamente a 16.4, con solo 29 ponches en este lapso. Este declive también se reflejó en la incapacidad de los lanzadores para mantener el control, sumado a poco apoyo de su ofensiva.
En ese período, tanto Yoshinobu Yamamoto como Dustin May tuvieron salidas de calidad, ambos completaron seis entradas, permitiendo menos de tres carreras, pero no contaron con el apoyo de sus maderos. En el último de la serie ante los Phillies, el novato Justin Wrobleski fue duramente castigado con ocho carreras en cinco entradas.
Ahora, los actuales campeones, quienes iniciaron con un sorprendente récord de 9-1, han bajado hasta la tercera posición de su división, con marca de 9-4, perdiendo tres encuentros de forma consecutiva.