Independientemente si gana o no el título de bateo, Luis Arráez está protagonizando otra temporada magnífica en las Grandes Ligas. Y es que a falta de algunas semanas para finalizar la ronda regular, el venezolano está dejando boquiabiertos a todos los fanáticos del beisbol con una hazaña particular.
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Desde que llegó a los Padres de San Diego, el nivel de La Regadera creció de manera descomunal, tomando en cuenta que la zafra la inició algo lento con los Marlins de Miami. Además, su trabajo en el plato y gran desempeño con el madero siguen liderando a su equipo de cara a la postemporada.
Casi imposible de ponchar
A estas alturas todos sabemos que Luis Arráez es el rey del contacto en las Mayores. Previo a la jornada de este miércoles lidera a toda la Liga Nacional en el apartado de hits (171), superando cómodamente a Marcell Ozuna (159), mientras que solo está por detrás de Vladimir Guerrero Jr. (175) y Bobby Witt Jr. (189).
Pero la hazaña que tiene a todos enloquecidos e incrédulos no tiene que ver con sus batazos o sus porcentajes de contacto. En realidad esta se enfoca en su cantidad de ponches después del Juego de Estrellas, pues apenas suma dos luego de 37 encuentros y 157 turnos al bate. Sí, solo ha visto el tercer strike en par de ocasiones.
Asimismo, cabe señalar que una situación casi similar la protagonizó el año pasado. Y es que en aquel entonces finalizó la segunda mitad de la temporada con 15 ponches tras 61 juegos y 245 visitas al plato. De hecho, esa misma cifra también la firmó en 2022.
Pero eso no es todo. Todo parece indicar que Luis Arráez será, por tercer año consecutivo, el bateador calificado con mejor porcentaje de ponches de todas las Grandes Ligas, pues suma un total de 26 en 551 turnos hasta los momentos.
En caso de mantener ese excelente ritmo, y que no lo ponchen en más de cuatro ocasiones en lo que resta de calendario regular, el venezolano será el primer jugador desde 2005 en acumular menos de 30 ponches en una campaña con al menos 500 turnos al bate.