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En la rica historia de los Azulejos de Toronto, los nombres de Kelvim Escobar y Gustavo Chacín brillan con luz propia, especialmente cuando se habla de pitcheo. Ambos serpentineros venezolanos han dejado una huella en la franquicia canadiense, destacándose por su dominio en el montículo durante sus primeras temporadas en las Grandes Ligas.
Un dato que resalta el excepcional inicio de carrera de Escobar y Chacín es su ubicación en una selecta lista de lanzadores en la historia de los Azulejos. Al analizar las primeras 12 aperturas de cada uno en MLB, con un mínimo de 64 innings lanzados, encontramos a estos venezolanos entre los mejores en cuanto a carreras permitidas.
Kelvim Escobar se sitúa en el quinto lugar de esta lista, habiendo permitido tan solo 25 carreras en sus primeras 12 salidas. Esta cifra es un claro indicativo de su efectividad y control sobre la zona de strike desde sus inicios en la Gran Carpa. Su habilidad para limitar el daño y mantener bajas las carreras limpias le valió el reconocimiento de la afición y de los expertos en beisbol.
Por su parte, Gustavo Chacín no se queda atrás. Ocupando el séptimo lugar en esta misma estadística, Chacín demostró desde el principio un gran potencial como serpentinero. Con 26 carreras permitidas en sus primeras 12 aperturas, el venezolano dejó claro que estaba destinado a grandes cosas en las Grandes Ligas. Su recta potente y su amplio repertorio de lanzamientos lo convirtieron en una amenaza constante para los bateadores rivales.
La presencia de Escobar y Chacín en esta lista histórica es un motivo de orgullo para el beisbol venezolano. Ambos lanzadores no solo representaron dignamente a nuestro país, sino que también se convirtieron en referentes para las generaciones de peloteros criollos que soñaban con llegar a las Grandes Ligas.