Quizás por costumbrismo, existen quienes cuestionan la decisión de los Astros de Houston de mover a José Altuve desde la segunda base hacia el jardín izquierdo. El escepticismo es comprensible, después de todo han sido 13 años consecutivos viéndole entre la élite de camareros de Grandes Ligas.
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Pero ese alto posicionamiento para el “Pequeño Gigante” se ha fundamentado en su también tradicional excelente producción ofensiva; la medida de los siderales obedece a varios factores y como punta de partida tiene el desempeño defensivo de su estelar en tan importante posición de la línea central.
En estos tiempos sabermétricos, el dorsal 27 solo el año pasado quedó negativo en la estadística promedio de carreras defensivas salvadas (DRS por sus siglas en inglés), para él fue -13 quedando 15to para el ranking de los intermedistas, mientras que desde su debut en las Mayores, 2011, acumula -82 para ser 21ero, cuando su paisano Andrés Giménez, por ejemplo, en cinco temporadas lleva 58.
¿Con solo ese par de cifras comparativas, se entiende la medida del equipo?
En Houston también buscan darle menos tiempo de juego a Yordan Álvarez en los jardines, con la movida ahora podrá ser bateador designado por mayor tiempo, minimizando el riesgo de constantes lesiones y/o molestias físicas; su eterno karma.
Del mismo modo, ahora con “Astroboy” como leftfield, también se procura menos carga mental para él dado lo bajo de su rendimiento defensivo como segunda base; cierto que un cambio de posición puede acarrear igual preocupaciones por el proceso de adaptación y desempeño, pero en los del Minute Maid Park tienen confianza en que podrá con el encargo. Así también lo cree Craig Biggio, quien pasó por lo mismo y las palabras de aliento, de seguridad por parte de un Salón de la Fama, deben, tienen que ser regocijantes.
MLB – Grandes Ligas – José Altuve – Astros de Houston
El grupo dirigido por Joe Espada también apunta a que José Carlos pueda mantener lo más que pueda, sus destacadas cualidades con el madero, más ahora que cumplirá 35 años, edad en la que muchos peleteros comienzan una tendencia de declive.
Lo ideal es extender una contribución como la de 2024, con 20 cuadrangulares, 94 anotadas, 65 remolcadas, 22 bases robadas y un sólido promedio de bateo de .295. Es natural una preocupación por el posible descenso, pero no ha habido muchas señales obvias de que esté en uno.
Si bien su SwStr% (porcentaje de swings fallidos en base al total de lanzamientos) subió al 10.4%, todavía se ponchó solo el 17.4% de las veces, cuando la cifra media de MLB se ubicó en 22.6%, pero si esperan optimice su tasa de bases por bolas en 6.9%, cuando la media fue 8.2%.
Por otra parte, si bien su porcentaje de slugging y poder aislado (ISO) cayeron un poco, nunca ha sido alguien que dependa solo del poder puro para sacar la pelota del campo. Desde que se introdujo Statcast en 2015, en el lapso tiene un bajo porcentaje de barrel de 6.1% y la cifra media del calendario precedente quedó en 7.8%, mientras que en bateo duro (HardHit%), en todos estos años acumula 31.9%, el del todos los toleteros fue 38.7%.
Glosario
Barrel: Para ser Barreled, una bola bateada requiere una velocidad de salida de al menos 98 mph. A esa velocidad, las pelotas bateadas con un ángulo de lanzamiento de entre 26 y 30 grados siempre obtienen la clasificación Barreled. Por cada mph por encima de 98, el rango de ángulos de lanzamiento se expande.
HardHit: un batazo fuerte con una velocidad de salida de 95 millas por hora o más.
