A pocos días de la partida de una de las tantas leyendas en la historia de las Grandes Ligas como Willie Mays, la Major League Baseball (MLB) anunció en todas sus redes sociales la lamentable noticia sobre el fallecimiento de otro miembro del Salón de la Fama: Orlando Cepeda.
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El primera base puertorriqueño surgió como una figura clave cuando el beisbol se convirtió en un verdadero pasatiempo en los Estados Unidos, con el traslado de los Gigantes de Nueva York y los Dodgers de Brooklyn a San Francisco y Los Ángeles, respectivamente, previo a la temporada de 1958.
Cepeda, oriundo de Ponce, se destacó rápidamente desde su incursión en las Mayores. Entre sus títulos y reconocimientos destacan el Novato del Año (1958), MVP (1967), Serie Mundial (1967), líder en jonrones (1961), y 11 veces All-Star.
"Fue seleccionado unánimemente como Novato del Año de la Liga Nacional en 1958 con los Gigantes. También fue seleccionado unánimemente para el premio MVP de la Liga Nacional en 1967, cuando ayudó a llevar a los Cardinals al campeonato de la Serie Mundial", reza parte del texto de MLB sobre la carrera del puertorriqueño.
Cepeda, un bateador feroz
Conocido como “Cha-Cha” y “The Baby Bull”, Orlando Cepeda se convirtió en uno de los bateadores más feroces del beisbol en su época. Totalizó al menos 24 jonrones en cada una de sus primeras siete temporadas (1958-1964) con los Gigantes.
De por vida en las Grandes Ligas dejó su línea ofensiva en .297/.350/.499 luego de 2124 juegos a lo largo de 17 zafras, con 2351 imparables en 7927 visitas al plato, 417 dobles, 27 triples, 379 cuadrangulares, 1365 carreras remolcadas, 1131 anotadas, 142 bases robadas, y .849 de OPS.