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En el fascinante mundo del beisbol, las rachas son un constante motivo de asombro y análisis. Una de las más impresionantes y difíciles de alcanzar es la de visitas al plato sin ser ponchado. Esta marca, que combina paciencia, habilidad y un toque de suerte, ha sido perseguida por los mejores bateadores de todos los tiempos.
Rachas más largas de turnos al bate sin poncharse
A lo largo de la historia, varios jugadores han dejado su huella en esta estadística. Dave Cash, con los Filis de Filadelfia en 1976, estableció un récord que parecía inalcanzable con 223 visitas al plato sin poncharse. Su paciencia y habilidad para poner la bola en juego lo convirtieron en una pesadilla para los lanzadores.
Le siguen de cerca nombres como Nellie Fox (185, 1962), Bill Buckner (184, 1972), Greg Gross (173, 1979-80), todos ellos con rachas que superan las 170 visitas al plato. Estos números son un testimonio de la consistencia y maestría con el madero que estos jugadores demostraron en sus respectivas temporadas.
Tony Gwynn, el legendario jardinero de los Padres de San Diego, también dejó su marca en esta estadística con 170 visitas al plato sin poncharse en 1995. Su habilidad para hacer contacto con la bola y su disciplina en el plato fueron claves para lograr esta hazaña.
En tiempos más recientes, jugadores como Juan Pierre y Luis Arráez han llamado la atención con sus propias rachas. Pierre, con 147 visitas al plato sin poncharse en 2004, demostró su velocidad y habilidad para devolver la pelota. Por su parte, Arráez en 2024 ha alcanzado los 120 juegos sin ver el tercer strike, una marca impresionante que lo coloca entre los mejores en esta categoría.
Estas rachas no solo son un reflejo del talento individual de los jugadores, sino también de un momento especial en sus carreras. Factores como la madurez en el plato, la adaptación a los lanzadores y un poco de suerte contribuyen a que estas rachas se extiendan.
Estas rachas de visitas al plato sin poncharse son una de las estadísticas más fascinantes del beisbol.