El lanzador Carlos Rodón llegó a los Yankees con grandes expectativas, pero sus primeras aperturas de la temporada dejaron dudas sobre su rendimiento. En sus primeros cuatro juegos, el zurdo registró una efectividad de 5.48, permitió cinco cuadrangulares y los bateadores rivales le conectaron para un OPS de .650. La falta de control y la vulnerabilidad ante el poder ofensivo de sus oponentes generaron preocupación en la afición neoyorquina.
NOTAS RELACIONADAS
Un giro inesperado
Sin embargo, Rodón ha logrado un cambio radical en sus últimas tres aperturas. Su efectividad se redujo drásticamente a 0.95, limitando a los bateadores rivales a un OPS de .430 y permitiendo solo un cuadrangular. Este repunte ha sido clave para los Yankees, quienes han encontrado en él una pieza confiable para su rotación.
Claves de su transformación
El éxito reciente de Rodón se debe a varios factores. En primer lugar, ha mejorado el comando de sus lanzamientos, evitando regalar bases por bolas innecesarias. Además, su slider ha recuperado la efectividad que lo convirtió en un lanzador dominante en temporadas anteriores. La combinación de velocidad y movimiento ha desconcertado a los bateadores, permitiéndole generar más swings fallidos.
Otro aspecto fundamental ha sido su enfoque mental. Rodón ha demostrado mayor confianza en el montículo, enfrentando situaciones de presión con determinación. Su capacidad para adaptarse y ajustar su estrategia ha sido clave en este resurgimiento.
El resurgimiento de Carlos Rodón llega en un momento crucial para los Yankees, quienes buscan consolidarse en la lucha por la postemporada. Con una rotación que ha enfrentado altibajos, su estabilidad ha sido un alivio para el equipo. Si mantiene este nivel, podría convertirse en uno de los pilares del pitcheo neoyorquino y en una pieza clave para sus aspiraciones de campeonato.