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El talento venezolano sigue creciendo en las granjas del beisbol organizado. Año tras año resaltan nombres de jóvenes criollos con el talento y la capacidad para convertirse en los nuevos protagonistas en las Grandes Ligas. Moisés Ballesteros es prueba de ello, el muchacho de apenas 21 años de edad ha cautivado a propios y extraños con su increíble rendimiento en las Ligas Menores.
El Oriundo de Los Teques, estado Miranda, y perteneciente a la organización de los Cachorros de Chicago, tiene entre ceja y ceja su primera oportunidad en el mejor beisbol del mundo. Aunque en estos niveles cada paso es importante, parece que el venezolano tiene todas las intenciones de recortar su camino de cara a la Gran Carpa.
Se encuentra viendo acción en Triple A por segunda vez en su carrera, recordemos que en el 2024 fue ascendido a esta categoría. Actualmente está bateando para un astronómico .402 de AVG con 39 incogibles, 4 bambinazos, 16 carreras empujadas, 17 anotadas, 10 boletos negociados y solo 12 ponches en 91 turnos legales.
De esos cuatro vuelacercas dos fueron en el compromiso de este miércoles, 30 de abril, frente a los Buffalo Bisons, equipo de los Azulejos de Toronto. El prospecto número 4 de la franquicia causó estragos en este cotejo al irse de 5-2 con el par de batazos de vuelta completa.
El primer bambinazo llegó en la parte baja del tercer capítulo, con un compañero en circulación. El serpentinero Tolhurst intentó pasarlo con una recta pegada y bajita a 92 MPH, pero no contaba con la habilidad de Moisés para ajustar su swing y sacar rápidamente las manos para conectar con mucha fuerza la pelota.
El segundo estacazo del mirandino fue en el cierre de la quinta entrada, con las bases limpias, pero frente al mismo pitcher. El monticulista diestro volvió a pecar con su recta de 92 MPH, aunque esta vez en la zona superior externa. Eso no fue un impedimento para Moisés, quien logró llevar la pelota a la banda contraria para anotarse su segundo jonrón del compromiso.
Un día más en la oficina para Moisés Ballesteros. Este muchacho pide a gritos su ascenso a las Grandes Ligas y los Cachorros deberán escucharlo, pues sus números hablan por sí solos.