Harold Capote Fernández | @batesbeisbol
Normalmente en nuestras vidas existen días, que son imposible de olvidar. Para quienes amamos el universo del beisbol, y con especial énfasis el mundo de las Grandes Ligas, esta fecha, 15 de noviembre, es única, especial y sin parangón para el contingente venezolano en el mejor beisbol del mundo.
En esa fecha de 2012, Miguel Cabrera marcaba un punto de quiebre entre atletas venezolanos al ser elegido como el Jugador Más Valioso (MVP por sus siglas en inglés) de la Liga Americana; esa temporada para el “Tigre Mayor” fue, a falta de otro adjetivo, PASMOSA.
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Durante ese campeonato, el muchacho de Maracay lograba la Triple Corona del bateo, hazaña que no se daba en las Mayores desde 1967, es decir 45 años sin ver esa gesta desde que lo hiciese el inmortal Carl Yastrzemski.
Ese logro es parte fundamental de la elección de Cabrerita como el MVP del Joven Circuito, esto además del hecho de liderar 11 de 36 apartados ofensivos, entre los que se incluye categorías sabermétricas.
“Miggy” ese año fue número 1 de la Americana en promedio de bateo (.330), porcentaje de slugging (.606), porcentaje de OPS (.999), bases alcanzadas (377), cuadrangulares (44), carreras empujadas (139), carreras creadas (139), carreras de bateo ajustadas (57), extrabases (84) y victorias situacionales añadidas (5.9).
Además, Cabera se ubicó entre los 5 mejores en otros 13 apartados al ser segundo en war ofensivo (7.7), juegos (161), carreras anotadas (109), hits (205), OPS + (164), tiempo en bases (274), porcentaje de victorias ofensivas (.745), boletos intencionales (17), promedio de jonrones (14.1) y probabilidad de ganar el campeonato (4.4), cuarto en porcentaje de embasado (.393), quinto en promedio de carreras contribuidas (46.77), probabilidad de ganar agregada (4.8).
Impacto y trascendencia
La investidura de Miguel Cabrera como Jugador Más Valioso generó una “agresiva detonación” de felicidad plena en el deporte venezolano, incluyendo medios de comunicación aficionados, e incluso en buena parte de la sociedad.
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Su nombre ascendió un peldaño significativo en el olimpo de esta disciplina; se trata de un mérito que de paso repitió al año siguiente, es algo que solo ha sido alcanzado por su persona y más adelante por José Altuve en 2017.
Como vemos, muchos eran los argumentos numéricos para que nuestro coterráneo fuese reconocido con este galardón el más importante que puede recibir un jugador en las Grandes Ligas, el máximo de los escenarios en el mundo de los bates, guantes y pelotas.