Guillermo Liñares
Los Navegantes del Magallanes perdieron los dos juegos que tuvieron ante los Caimanes de Barranquilla de Colombia en la Serie del Caribe. En el primer cotejo, celebrado en la primera fase del certamen, cayeron cinco carreras por cero, mientras que en las semifinales el score favoreció a los neogranadinos con pizarra final de ocho a una.
Eso denota que el promedio de carreras limpias permitidas ante la ofensiva de los Harold Ramírez, Carlos Arroyo, Dilson Herrera o Sandy León fue de más de seis rayitas. Pero también algo que es evidente a todas luces: no se pudo batear. Apenas una carrera en 18 innings ante el pitcheo de Caimanes, coronado por una extraordinaria salida del zurdo dominicano Elniery García, quien en las semifinales le lanzó no hitter a Magallanes hasta el séptimo episodio. Una joya que coronó la clasificación de su equipo a la final.
El bateo colectivo de los turcos en la Serie del Caribe fue para promedio de .282 en la primera ronda (líderes entre los seis equipos) pero esa sola carrerita en la antesala de la final pasó factura. En realidad, no fue un aporte ofensivo poderoso, tomando en cuenta que a excepción del último juego contra Dominicana (donde hicieron siete carreras) lo máximo que anotaron fueron cinco rayitas.
El pitcheo colectivo presentó una efectividad de 2.76, nada mal para una fase eliminatoria. Pero el problema de este tipo de torneos cortos, en donde un mal día te deja afuera, es que esas estadísticas pasan a un segundo plano si no tienes el rendimiento en el momento adecuado. En los juegos de eliminación directa eso te liquida.
Una carrera en 18 innings ante Caimanes en ambos juegos fue el detonante, pero ese crédito merece llevárselo el pitcheo colombiano. Los rivales también juegan y el de los saurios fue impecable.