La última vez que Gabriel Noriega tomó un turno al bate fue el pasado 18 de enero, es decir, 10 días transcurrieron para verlo de nuevo madero; en ese espacio de tiempo no abrió en ningún juego de los Leones del Caracas, solo había jugado 2 veces, ambas como sustituto defensivo.
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Pero para este sábado, el infielder regresó a la alineación abridora y con que estruendo se hizo sentir; al primer pitcheo que vio más de una semana después, mandó la blanca esférica más allá de la pared entre left y center field, de paso, remolcó 4 de un sopetón siendo esas las rayitas que indicaron el camino hacia la victoria, la tercera de los melenudos en la Gran Final sobre Tiburones de La Guaira.
En sus propias palabras, para él las claves son “confianza, preparación y actitud”.
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“Sé que no estaba jugando, pero siempre estoy preparado para mis oportunidades que me da el mánager, que hoy (sábado), me dijo iba a jugar, por lo que mentalmente me puse fuerte para poder hacerlo bien”.
En los spikes de Noriega, mucho recorrido hay en el beisbol, en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional son 11 torneos; toda esa experiencia le hace entender a la perfección su rol en la manada:
“Me considero un muchacho tranquilo, siempre espero la oportunidad, nunca me gusta forzar algo, creo esa es la clave del éxito que he tenido”.
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Ciertamente Gabriel sorprendió a todos, sin temor a equivocarnos, nadie en el repleto Estadio Universitario esperaba que se fuese para la calle con el primer envío, mismo que descifró pulcramente:
“Le bateé a una slider, quería darle bien a la bola y conectar un hit, pero salió ese jonrón, al conectarla sabía que era jonrón, vinieron muchas emociones que no sé explicar, solo que también puedo jugar una Final”, concluyó.