Lo que parecía una noche trágica en el TD Garden terminó en un final ideal para Los Ángeles Lakers, tras quedarse con una importante victoria 114-105 ante Boston Celtics, en la jornada de este jueves por la noche en la NBA.
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La franquicia angelina dio el batacazo y demostró que los milagros existen en el mejor baloncesto del mundo. El equipo púrpura llegaba a Massachusetts con cinco derrotas en los últimos nueve encuentros y con la peor noticia que hayan recibido previo al compromiso: las bajas por lesiones de LeBron James (tobillo izquierdo) y Anthony Davis (molestias en el talón de Aquiles).
En una misión casi imposible, al quinteto de Hollywood no les temblaron las piernas y alzaron su voz como los actuales monarcas del In-Season Tournament para nuevamente enderezar su camino hacia los puestos de playoffs. Sin la presencia de sus grandes figuras, los dirigidos por Darvin Ham lograron la épica en un pabellón impenetrable, ya que Boston apenas había perdido solo (22-2) dos juegos antes de la jornada del jueves.
En la victoria frente al mejor equipo de la NBA, los Lakers dejaron un claro mensaje de que no depende de sus principales protagonistas en el tabloncillo. Tras la baja de James y Davis, Austin Reaves completó un partido soñado con 32 puntos, tres asistencias, par de rebotes y un récord personal en su carrera con siete triples anotados.
"Todos somos jugadores talentosos. Y esta fue una oportunidad para mostrarle al mundo lo que se puede hacer. Antes del partido nos reunimos y pensamos: 'Mira, lo mínimo que podemos hacer es salir y jugar tan duro como podamos", declaró Reaves tras la victoria.
De la misma forma, D'Angelo Russell y Jaxson Hayes acompañaron al escolta con 16 unidades para cada uno. En lo que ha sido un sube y baja en la presente temporada, la tropa de Los Ángeles vuelve a jugar para .500 y ocupan el novena lugar en el Oeste con 25-25.