La temporada 2025 de la NBA ha presentado diversos desafíos para los Golden State Warriors, especialmente en los partidos donde su estrella, Stephen Curry, no ha estado en la cancha. Un análisis reciente de los números revela que el equipo está promediando 106.9 puntos y un 43.3% de efectividad en tiros de campo en los encuentros en los que Curry no juega. Estas estadísticas, aunque reflejan el esfuerzo del equipo, también destacan una caída significativa en su rendimiento ofensivo.
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Impacto de la Ausencia de Curry
La ausencia de un jugador clave como Stephen Curry, considerado uno de los mejores tiradores de todos los tiempos, tiene un efecto directo en la dinámica del equipo. Con un promedio de 106.9 puntos, los Warriors se posicionan en el 27º lugar en la liga en cuanto a anotación, lo que indica que la falta de su liderazgo y capacidad anotadora está afectando la capacidad del equipo para competir al más alto nivel.
Además, el porcentaje de 43.3% en tiros de campo coloca a los Warriors en el 29º lugar entre todos los equipos de la NBA. Estos números son alarmantes para una franquicia que ha sido sinónimo de ofensiva potente en los últimos años. La disminución en la producción ofensiva evidencia la dependencia del equipo en su estrella y plantea preguntas sobre la profundidad y la capacidad de adaptación del roster en su conjunto.
Los Desafíos Ofensivos
Sin Curry, los Warriors han enfrentado dificultades para encontrar consistencia en su ofensiva. La incapacidad para anotar de manera efectiva ha llevado a que el equipo se vea obligado a depender de otros jugadores, quienes, aunque talentosos, no han podido llenar el vacío dejado por el MVP. La falta de un creador de juego como Curry, que no solo anota, sino que también genera oportunidades para sus compañeros, ha sido evidente.
Jugadores como Jimmy Butler y Draymond Green han tenido que asumir roles más prominentes en la ofensiva, pero la presión adicional puede haber afectado su rendimiento. La falta de cohesión en el juego ofensivo ha resultado en un estilo de juego menos fluido y una menor capacidad para ejecutar el sistema que ha llevado al equipo a la gloria en años anteriores.