El Real Madrid se despidió de la Supercopa Endesa 2024 con la cabeza baja tras caer derrotado ante Unicaja en una final emocionante. A pesar de la esperanza y la experiencia que caracteriza al conjunto merengue, una serie de factores clave contribuyeron a su derrota, impidiendo que lograran igualar el marcador y alzarse con el título.
NOTAS RELACIONADAS
Real Madrid no pudo ante el poderío ofensivo de Unicaja
Desde el inicio del partido, Unicaja demostró un dominio notable, especialmente en la línea de tres puntos. Con un impresionante acierto de 11 triples y un 40% de efectividad, el equipo malagueño estableció una ventaja que resultó fundamental para el desarrollo del encuentro.
Este buen momento desde el perímetro no solo incrementó la confianza del equipo, sino que también dejó al Real Madrid en una posición defensiva complicada. La capacidad de Unicaja para encontrar y aprovechar esos tiros exteriores desestabilizó la defensa merengue, que no pudo adaptarse a la velocidad y precisión de los ataques rivales.
Además, Unicaja mostró una notable eficacia en sus tiros desde la media distancia, alcanzando un porcentaje del 56%. Este acierto adicional amplió aún más la brecha en el marcador, obligando al Real Madrid a perseguir constantemente a su rival. La falta de respuesta en la defensa, que permitió estos tiros cómodos, fue un factor clave que costó caro al conjunto blanco.
La defensa, que suele ser uno de los puntos fuertes del Madrid, no logró imponer su ritmo habitual, lo que permitió a Unicaja jugar con mayor libertad y confianza. Mientras el Unicaja se encontraba en un estado óptimo, el Real Madrid no pudo encontrar su ritmo. A medida que avanzaba el partido, se hicieron evidentes las dificultades del equipo merengue para ejecutar su ofensiva.
Los jugadores parecían presionados, y en numerosas ocasiones, las decisiones tomadas en ataque no fueron las más acertadas. Esta presión se tradujo en un total de 12 pérdidas de balón, un aspecto que resultó crucial en el desenlace del encuentro.
Cada pérdida representó una oportunidad perdida para reducir la desventaja y, a su vez, brindó a Unicaja la posibilidad de capitalizar esos errores en el contraataque, aumentando así su ventaja. La defensa de Unicaja, por otro lado, fue excepcional. Con un enfoque sólido y bien coordinado, lograron frenar los intentos del Madrid por igualar el marcador.
La presión ejercida sobre los jugadores clave del Real Madrid, junto con una gran comunicación en la defensa, permitió al Unicaja desactivar varias de sus ofensivas. Este esfuerzo defensivo fue fundamental para mantener la ventaja alcanzada en la primera mitad y frustrar los intentos de remontada del equipo merengue.
Presión y falta de efectividad condenaron a los merengues
A pesar de algunos momentos de destellos individuales, el Real Madrid no logró consolidar su juego colectivo. Las individualidades, que suelen ser un sello distintivo del equipo, no fueron suficientes para superar el trabajo en equipo del Unicaja. En momentos críticos, la falta de conexión y la incapacidad de convertir en puntos las oportunidades creadas fueron determinantes.